Se piensa que la formación de nuestra galaxia empezó poco después del Big Bang que originó el universo, como una densificación de material cósmico que dio origen a los cúmulos globulares (aún presentes en el halo de la galaxia). A esta proto-galaxia empezaron a sumarse otras acumulaciones de estrellas y eventualmente otras galaxias jóvenes, sumando así una mayor masa estelar.

La Vía Láctea es la galaxia donde se encuentra nuestro Sistema Solar. Desde la Tierra se ve como una formación maravillosa de estrellas, pero gracias a dos radiotelescopios es posible observarla como nunca lo habíamos hecho. Ahora los dos mayores radiotelescopios de Australia, el ASKAP y el Parkes, operados por la agencia científica del país, CSIRO, lograron observar una imagen de restos de supernova, marcando los lugares de nacimiento y muerte de un grupo de estrellas.

En ella se combinan el mapa del proyecto PEGASUS con las observaciones de EMU y POSSUM. Andrew Hopkins, científico principal del Proyecto EMU (Mapa Evolutivo del Universo), de la Universidad de Macquarie, explica los pormenores. “Esta nueva imagen muestra una región de la Vía Láctea, solo visible para los radiotelescopios, donde podemos ver una emisión extendida asociada con el gas de hidrógeno que llena el espacio entre las estrellas moribundas”, indica el profesor. Se relaciona “con el nacimiento de nuevas estrellas y burbujas calientes de gas llamadas supernova. Se han descubierto más de veinte posibles remanentes de supernova nuevos como resultado de la combinación de estas imágenes, donde solo se conocían siete anteriormente”.

Examinar la Vía Láctea y dar más respuestas al cosmos, el objetivo de los científicos

Esta es apenas una parte de todo lo que buscan lograr tanto el proyecto EMU como la encuesta PEGASUS: aprender más sobre nuestro cosmos. PEGASUS completará sus observaciones piloto observando todo el cielo del sur, usando el telescopio Parkes durante los próximos dos años.

Hopkins trabajó en conjunto con Brianna Ball (Universidad de Alberta, Canadá) y Roland Kothes (Consejo Nacional de Investigación de Canadá). Gracias a esta nueva captura, indica Hopkins, los astrónomos podrán reafirmar su comprensión de la galaxia y más allá, realizando futuras observaciones. “Se estima que puede haber alrededor de 1500 restos de supernova más en la galaxia que los astrónomos aún no han descubierto. Encontrar los restos que faltan nos ayudará a comprender mejor nuestra galaxia y su historia”, señala el profesor Hopkins.

Por Redaccion Digital

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