El telescopio del Observatorio de Neutrinos IceCube, ubicado en la Antártida, identificó por primera vez neutrinos provenientes de la Vía Láctea, las partículas más abundantes que hay en el Universo. Los hallazgos se publicaron en la revista Science.

Estas partículas no tienen carga eléctrica ni masa y se asocian con rayos cósmicos, que son las partículas con mayor energía en el universo.

Hace diez años identificó dos neutrinos provenientes de fuera de nuestra galaxia, a las que los científicos bautizaron como Epi y Blas. Después, en 2017 y 2022 se identificaron unas decenas más y se descubrió que venían de un agujero negro por fuera de la Vía Láctea. Las de 2017 habían viajado desde la galaxia TXS 0506+065, casi a la velocidad de la luz durante 4.000 millones de años. Las de 2022 provenían de una galaxia a 47 millones de años luz de nuestro sistema solar, denominada Messier 77.

IceCube se ubica bajo la base estadounidense Amundsen-Scott del Polo Sur, a una temperatura de 50° bajo cero. Para identificar los neutrinos de la Vía Láctea, se emplean herramientas basadas en redes neuronales que ayudan a limpiar el ruido de las partículas para descartarlas y estudiar únicamente las de nuestra galaxia.

Durante los seis meses del invierno solo hay dos personas en la base para asegurar el funcionamiento del telescopio. Sin embargo, más de 300 científicos de más de 10 países acceden a los datos en tiempo real.

Los neutrinos que recientemente identificó IceCube provenían del centro de la Vía Láctea, a 25.000 años luz. Según explicó Ignacio Taboada, portavoz del telescopio, para El País de España, “descubrir estos neutrinos galácticos debería ser lo más fácil, pero resulta que la Vía Láctea no produce muchos. Por fin hemos conseguido atraparlos y así sabemos que en nuestro entorno cósmico también hay objetos capaces de producirlos”.

De acuerdo con el artículo de Science, “la existencia de esta señal largamente buscada allana el camino para el futuro de la física de astropartículas en nuestra galaxia”.

Tras el descubrimiento, los científicos esperan encontrar de dónde provienen estos neutrinos de la Vía Láctea.

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