Además de ser un gran alimento en la dieta de los mexicanos, las tortillas de maíz ofrecen varios beneficios nutricionales. Son una excelente fuente de energía debido a su contenido de carbohidratos complejos. También son ricas en fibra, lo que puede ayudar a la digestión y mantener la sensación de saciedad por más tiempo. Además, contienen vitaminas esenciales como la vitamina B3 y minerales como el magnesio y el potasio.

Si sus beneficios nutrimentales no fueran suficientes, son versátiles y con facilidad pueden ser incluidas en diversidad de platillos clásicos de la cocina mexicana, como tacos, enchiladas y quesadillas.

Desafortunadamente su consumo también puede representar un peligro para la salud si están hechas con ingredientes inadecuados y si se elabaron en condiciones insalubres.

Estas tortillas que no cumplen con los requisitos para que comerlas sea seguro, son conocidas como tortillas pirata. Ingerirlas puede ser causa de intoxicación y problemas de salud como la gastroenteritis, de acuerdo con la Facultad de Ciencias de la Nutrición y Gastronomía (FCNyG) de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS).

El riesgo de comer este alimento se debe a que suelen ser preparadas con maíz rezagado, agua no potable, cal en grandes cantidades y en algunos casos con tortillas de días anteriores, según alertó el Consejo Rector de la Tortilla Tradicional.

Identificar las tortillas pirata es menos difícil de lo que podría parecer, pues sus características difieren con las tortillas tradicionales. Son distintas en cuanto a consistencia, color, sabor e incluso olor.

De acuerdo con Consejo Rector de la Tortilla Tradicional están son algunos indicios que delatan su mala calidad:

Mal olor
Son blancas, en lugar del color crema que debe tener.
No tienen el característico olor a maíz ni los pigmentos amarillentos.
Pueden tener una textura que se agrieta o rompe fácilmente.
La textura puede no ser gruesa ni consistente.
No reaccionan bien al recalentamiento, no se inflan.
Pueden tener un precio bajo respecto al promedio.
Al comerlas, pueden tener un sabor a tierra, cal o ser muy saladas.

Para reducir la posibilidad de adquirir tortillas pirata se recomienda comprarlas en tortillerías en los que sea visible el proceso de producción y las condiciones higiénicas. Del mismo modo se aconseja evitar comprar en establecimientos de otro tipo y no adquirirlas en un precio menor al promedio.

En caso de identificar un punto de venta de tortillas pirata, es importante denunciar ante la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).

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