«La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedades» de acuerdo con la Organización Mundial para la Salud (OMS). Desafortunadamente, en años previos la Salud Mental ha sido un tema poco comentado y casi un tabú, sin embargo, recientemente ha tomado cada vez más fuerza, impulsado por una necesidad creciente de atención y cuidado.
Los trastornos de las emociones son un claro ejemplo del cuidado de la Salud Mental, aunque la mayoría de las personas tienen desconocimiento general de dónde, cómo, cuándo y con quién acudir a tratar estos padecimientos que, aunque a veces parecen fáciles de reconocer, pueden ser un verdadero reto identificarlos, para nuestros seres queridos, amigos o inclusive, para uno mismo.
El cambio en nuestro entorno es constante, y por ello el ser humano tiene que hacer uso de sus recursos adaptativos ante situaciones adversas que se presenten, por ejemplo, la incertidumbre del futuro, enfermedades, muertes, crisis económica, desempleo, entre otros; son sólo algunos de los múltiples problemas en ascenso que se presentan y que con el paso del tiempo generan una respuesta natural de estrés en cada uno de nosotros.
Tras la pandemia de COVID-19, la vuelta a la “normalidad” ha traído otro tipo de crecientes problemas en la Salud Mental que pueden dificultar el manejo de las emociones: cansancio, desesperación, pensamientos rumiantes, tristeza, impotencia, problemas del sueño, falta de motivación, pérdida del interés en gustos, aficiones y costumbres, menor rendimiento laboral o escolar, pobre tolerancia a la frustración, son algunos de los síntomas que más aquejan a gran parte de la población que podría acudir consulta de psiquiatría o psicología.
Es importante enfatizar la necesidad de desestigmatizar sus síntomas y dejar de utilizar frases a la ligera como: “Échale ganas”, “No debes llorar”, “Eres un bipolar”, “Distráete, no tienes nada” “Estoy en depresión”, etc; son palabras que suelen invalidar las emociones, producen confusión y frustración impidiendo reconocer una situación que debe atenderse, estas personas deben saber que no están solos y que no está mal pedir ayuda. El padecer una situación emocional es tan válido como cualquier otro padecimiento, merece la misma prioridad en la atención, pues la Salud Mental es pilar fundamental para el funcionamiento del individuo.
Por ello son necesarias 5 recomendaciones para el cuidado y manejo de las emociones para mantener la Salud Mental:
• Hablar lo que sentimos: algunas veces atravesamos situaciones que no sabemos cómo resolver y encontrar alguien de confianza que nos escuche puede ser de gran ayuda. No está mal buscar apoyo.
• Tomar un descanso: un tiempo para hacer actividades más allá de la rutina laboral o escolar, liberarse de las redes sociales o los aparatos electrónicos.
• Cuidar de uno mismo: respetar las horas de sueño, mejorar la alimentación, realizar actividad física y practicar meditación favorecen sentirse mejor.
• Aceptar quién eres: reconocer quiénes somos, con nuestras propias fortalezas y debilidades, reconociendo nuestras áreas de oportunidad podemos mejorar quiénes somos, sentir que somos suficientes para nosotros mismos.
• Conectar con otras personas: rodearnos de personas que aporten cosas positivas a nuestra vida y nos hagan sentir bien.
Llevando a la práctica estas recomendaciones, nuestra calidad de salud emocional puede mejorar, sin embargo, si estas recomendaciones no resultan efectivas, siempre podemos acudir con un profesional de la Salud Mental para recibir la ayuda que necesitamos.
Con información del Med. Psiquiatra José Ramón González Martínez y la Dra. Clara Ibet Juárez Vázquez, profesores investigadores de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG)