La violencia contra las mujeres está ampliamente extendida en México, abarcando a una amplia proporción de grupos de mujeres y de niñas que participan en los espacios públicos; que asisten a la escuela; que trabajan de manera remunerada; quienes tienen pareja y quienes no. Es en este contexto de violencia generalizada, en el cual irrumpe la crisis sanitaria generada por el nuevo coronavirus.

Como se ha advertido, las medidas de aislamiento y confinamiento previenen el contagio, pero no la violencia contra las mujeres, particularmente aquella que es ejercida por el esposo o por personas del entorno familiar inmediato de las mujeres, y particularmente en aquellos casos donde existen antecedentes de violencia.

De manera adicional, la información sobre la violencia denunciada y la atendida durante la etapa de pandemia por parte de las instituciones de procuración de justicia y salud, muestra que la violencia sobre la que se tiene registro en estas instituciones -no de la que ocurre de manera cotidiana puesto que solo se trata de aquellos casos en que la mujer se atrevió a denunciar- inició este año con niveles más altos a los observados en 2019, y que si bien disminuyó durante los meses de abril y mayo que corresponde al periodo de confinamiento generalizado, a partir de junio inicia un repunte de los casos de violencia contra las mujeres, esto lo advierte el Cuaderno de Investigación, titulado «La otra pandemia: la violencia contra las mujeres antes de la pandemia de la Covid» publicado esta semana por el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República; al respecto de la situación de violencia que viven las mujeres en México.

Expuso que esto indica que esta situación no puede ser interpretada de manera lineal, como una disminución de los delitos en sí, sino como un efecto de las acciones de confinamiento, que han limitado aún más, que las mujeres accedan a la justicia.

Adicionalmente, consideró que se debe tener presente que la disminución entre abril y mayo, también se debe a que las mujeres, particularmente las mujeres casadas que enfrentan violencia por parte de su pareja, el confinamiento y el distanciamiento social les impide desplazarse para acudir a un ministerio público, pero sobre todo se encuentran bajo la vigilancia permanente de parejas y familiares.

Aunado a ello, podría también ocurrir el retraso en los Ministerios Públicos para procesar e integrar las carpetas de investigación, por las cargas acumuladas de trabajo. Es de esperar que los datos que se tendrán en diciembre serán mucho más reveladores sobre los efectos de las medidas de confinamiento en el caso de la violencia contra las mujeres.

No obstante, relata el documento del Senado Mexicano, ya se muestra el repunte de los delitos que inició entre junio y julio, particularmente los delitos sexuales, violencia familiar y violencia de género; repunte que apunta en dos sentidos, por un lado, al previsible aumento de la violencia denunciada y a la necesidad de revisar los distintos esfuerzos que se están llevando a cabo en diversas instituciones para atender la violencia y medir los efectos de la pandemia y, por otro, a la necesidad de desplegar esfuerzos adicionales para formular estrategias para prevenir y atender nuevos riesgos que enfrentan las mujeres tomando en cuenta la violencia existente antes de la pandemia.

De igual manera, es importante tener en cuenta las restricciones adicionales que enfrentan las mujeres en etapas de emergencia sanitaria para poder disponer de los medios que les permitan denunciar, sobre todo porque se sabe que las mujeres y las niñas enfrentan un mayor riesgo de enfrentar violencia durante los desastres.

¿Qué hacer? Estas son las recomendaciones 

Se deben formular políticas y programas para hacer frente a los factores de riesgo nuevos y existentes de la violencia por razón de género contra las mujeres.

Proporcionar mecanismos accesibles, confidenciales, de apoyo y eficaces a todas las mujeres que deseen denunciar casos de violencia por razón de género.

Adoptar políticas y estrategias a largo plazo para hacer frente a las causas fundamentales de la violencia por razón de género contra las mujeres en situaciones de desastre.

En este momento de crisis es conveniente que el Estado mexicano, en su conjunto, es decir, los tres poderes y órdenes de gobierno, revisen y atiendan las Recomendaciones Generales 35 y 33 del Comité de la CEDAW. Por ello
sería de enorme relevancia que se impulse en la SCJN y en las Fiscalías su revisión y análisis.

Finalmente, en materia de información se sugiere revisar y aplicar la Recomendación No. 35, particularmente para su aplicación inmediata entre las instancias públicas encargadas de registrar información sobre la violencia denunciada, atendida y sancionada. Entre ellas las más urgentes son las Fiscalías de Justicia estatales, ya que no existen mecanismos, ni instrumentos homologados, para recabar la información sobre los delitos, las víctimas y los imputados. A la fecha solo se cuenta con información parcial y limitada.

Esta crisis epidemiológica puso en el escenario la importancia de contar con información de manera completa y con regularidad; sin duda ello permitiría llevar a cabo un monitoreo continuo sobre la situación de la violencia. Fuente Senado de la República México

Por Jorge A. Leyva

Periodista. Licenciado en Comunicación. Columnista en Agenda Setting Diario. Comentarista de política en radio. Journalist. Fan del Café Necesario Marketing Político y Social Media Publicidad: [email protected]

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