Una raya está esperando crías sin haber jamás tenido contacto con un macho de su especie, lo que ha provocado especulaciones sobre la participación de un tiburón y la ha convertido en una sensación mundial y una curiosidad para los científicos.

El cuerpo de Charlotte, que vive desde hace ocho años en el Aquarium & Shark Lab de la ciudad de Henderson (Carolina del Norte, EE. UU.), empezó a crecer de forma inusual a fines de noviembre pasado.

En ese entonces, sus cuidadores temieron que fuese un tumor: «El bulto empezó a crecer y a crecer, y pensamos que podía ser un cáncer», contó Kinsley Boyette, directora adjunta del acuario.

Probable partenogénesis

Sin embargo, la ecografía reveló que en su interior tenía huevos. La posibilidad de reproducirse sin la contribución genética de un macho es considerada una rareza para la ciencia, pero en los últimos años ha sido observado en vertebrados como aves, reptiles y peces, aunque no en mamíferos.

Así animales que no pueden aparearse a veces pasan por un proceso denominado partenogénesis, explicó Legare.

¿Qué es la partenogénesis?

La partenogénesis ocurre cuando pequeñas células llamadas «cuerpos polares», que se forman al mismo tiempo que los óvulos y en un proceso normal se desintegran, en estos casos se fusionan con los óvulos, aportando el material genético necesario para que surja un embrión viable.

Es difícil precisar con qué frecuencia esto ocurre, y en tiburones o rayas en acuarios suele reportarse un caso cada uno o dos años.

¿Por qué se sospecha de un tiburón?

Más allá de su condición inusual, Charlotte comparte el acuario con cinco tiburones pequeños, lo que ha abierto grandes especulaciones sobre la posibilidad de que uno de los escualos sea responsable del embarazo.

Según reporta National Geographic, hay indicios que sugieren que la raya podría haber quedado embarazada de un tiburón, ya que Charlotte tiene marcas de mordeduras, «signos comunes que dejan los tiburones durante el apareamiento».

Científicos descartan teoría del tiburón

Algunos expertos dan por descartada esta posibilidad y se aferran a la idea de la partenogénesis: «Al tiburón le doy las mismas probabilidades de ser el padre que le daría a Elvis o a Bigfoot: cero», afirmó a Demian Chapman, director del centro de investigación de tiburones del Laboratorio Marino y Acuario Mote.

Por su parte, Kady Lyons, investigadora del Acuario de Georgia, explicó a la AP que los tiburones y las rayas no coincidirían anatómicamente, y su ADN sería incompatible para producir descendencia.

De todas maneras, los científicos realizarán pruebas de ADN a las tres o cuatro crías que Charlotte está esperando una vez que nazcan para poner fin a la discusión.

Charlotte se ha vuelto famosa

Asimismo, la extravagante historia de Charlotte se ha convertido en un gran centro de atención: «Absolutamente, todos los que han llegado quieren ver a la señorita Charlotte, es muy emocionante», aseguró la directora adjunta de acuario Boyette.

«Entré a la pecera con ella esta mañana, se puso a dar vueltas porque había un grupo de niños, le encanta ser el centro de atención. Es adorable», agregó.

Boyette detalló que al animal gusta acercarse al vidrio cuando hay visitas y recibir abrazos de sus cuidadores.

Con información de National Geographic, Forbes y DW

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