Tras una semana de agonía, FTX, una de las mayores empresas de criptomonedas del mundo, se declaró en bancarrota.

La plataforma de compraventa de divisas digitales se acogió este viernes al Capítulo 11 de la ley de quiebras de Estados Unidos en busca de protección judicial, mientras encuentra alguna forma de devolver parte de los miles de millones de dólares perdidos por sus clientes.

Sam Bankman-Fried, fundador y consejero delegado de FTX, pidió disculpas por la difícil situación financiera de su empresa y anunció su renuncia.

La empresa explicó que el objetivo de la bancarrota es «comenzar un proceso ordenado para revisar y monetizar activos en beneficio de todas las partes interesadas».

«1) Lo siento. Eso es lo más importante. La jodí, y debería haberlo hecho mejor.» publicó Bankman-Fried en el  Twitter FTX

La caída en picada de la firma pone fin al caos de los últimos días que anticipaban un eventual colapso de la empresa.

Bankman-Fried intentó organizar un rescate con la esperanza de que Binance, su rival y uno de los mercados de criptomonedas más grandes del mundo, lo comprara.

Pero Binance se alejó del trato, dejando a FTX a la deriva, mientras intentaba recaudar miles de millones de dólares para evitar su caída.

La crisis llegó a tal punto que muchos clientes quedaron sin acceso a su dinero.

El procedimiento de quiebra involucrará a FTX, así como a Alameda Research, una empresa comercial fundada por Bankman-Fried, y a aproximadamente 130 afiliados, según el comunicado que FTX compartió en Twitter.

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