Después de los cuestionados y opacos resultados electorales en Bolivia, la crisis le estalló al presidente Evo Morales y este sábado se sublevó un sector de la policía, que se niega a reprimir a los manifestantes, además de la decisión de las Fuerzas Armadas de marcar su neutralidad en el conflicto, algo que se agrava día a día con violentos enfrentamientos entre opositores y oficialistas.

El mandatario intentó calmar a la gente convocando a los principales partidos opositores a negociar una salida, pero se estrelló con la negativa del principal rival, el socialdemócrata Carlos Mesa, quien insiste en que la única manera de resolver la crisis es convocando a nuevos comicios.

Crece la crisis en Bolivia

Desde las elecciones del 20 de octubre, que según el gobierno Evo ganó en primera vuelta, después de que literalmente se cayó el sistema electoral, el país vive en convulsión social con multitudinarias marchas y manifestaciones callejeras. Ya hay tres muertos y decenas de heridos. Las víctimas no son producto de la represión, sino de los feroces choques entre partidarios de Evo y opositores, que lo acusan de manipular los datos electorales para perpetuarse en el poder.

En este clima de incertidumbre, las tropas policiales se replegaron ayer a sus cuarteles y se amotinaron en abierto desafío al gobierno. La rebelión comenzó desde el viernes en la tarde en las fuerzas especiales (UTOP) de la policía en Cochabamba, y se expandió inicialmente a los comandos de la policía de Sucre y Santa Cruz, la rica región del oriente del país y bastión opositor.

Durante la noche del viernes al sábado la rebelión de los agentes se extendió a las demás regiones (son nueve en total), incluso en La Paz. Lo hicieron invocando la Constitución. “Nos encontramos en nuestra unidad en estado de emergencia y como dice el artículo 251 de la Constitución, es defender a la sociedad y ésta significa el pueblo”, afirmó el suboficial Waldo Mamani, en representación de los amotinados.

La situación dejó sin custodia algunos importantes edificio gubernamentales. “La policía no se debe a ningún partido político, por eso se suma a la lucha del pueblo”, dijo un policía con el rostro cubierto al leer un manifestó frente a la Casa de Gobierno.

Los manifestantes les expresaron su respaldo y los alentaron a amotinarse. No sólo les dieron refrescos y alimentos, sino también cantaron consignas como “Policía, amigo, el pueblo está contigo”. Ayer, las Fuerzas Armadas de Bolivia también dejaron claro que tendrán una posición neutral, y que no saldrán a reprimir a los policías rebeldes ni a la población.

“Las instituciones militares, enmarcadas en la democracia y las leyes, garantizaremos la unión entre compatriotas, por lo que ratificamos que nunca nos enfrentaremos con el pueblo, al que nos debemos”, afirmó el jefe de las Fuerzas Armadas, general Williams Kaliman, en conferencia de prensa. “Siempre velaremos por la paz y la convivencia entre hermanos, y por el desarrollo de la patria”, apuntó.

Kaliman advirtió que “los actuales problemas generados en el ámbito político deben ser solucionados en el marco de los más altos intereses de la patria antes de llegar a momentos irreversible”, una frase dirigida al gobierno para que busque una salida y evite que escale el conflicto.

Su declaración se produjo pocas horas después de que Evo Morales sugiriera una eventual intervención militar para conjurar la crisis. En una conferencia de prensa en la que llamó a la oposición a dialogar y a sus simpatizantes a “movilizarse para defender la democracia”, el mandatario pidió a las Fuerzas Armadas “preservar la nueva Bolivia” de los grupos que, según él, buscan dividir al país.

El opositor Carlos Mesa rechazó la oferta e insistió en que el mandatario debe dejar el poder. “No tengo nada que negociar con Evo Morales y su Gobierno”, afirmó el líder de la alianza Comunidad Ciudadana, que salió segundo en las elecciones.

Mesa denunció que el presidente “pretende endilgarle a una parte de la sociedad, los partidos, una responsabilidad que es exclusivamente suya”. “No nos endilgue una responsabilidad que no nos corresponde, una negociación que no es pertinente. Su decisión va a decidir su propio destino y el destino de Bolivia, nosotros no tenemos nada que negociar”, sentenció.

Policías se amotinan en Bolivia

Por Jorge A. Leyva

Periodista. Licenciado en Comunicación. Columnista en Agenda Setting Diario. Comentarista de política en radio. Journalist. Fan del Café Necesario Marketing Político y Social Media Publicidad: [email protected]

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