Vladimir Putin, presidente ruso, ordenó un estado de emergencia en Norilsk, ciudad siberiana, después de darse a conocer que 20 mil toneladas de combustible -diésel- fueron derramadas en un río cercano desde una central eléctrica.
De acuerdo a grupos ambientalistas, el daño causado por este incidente es catastrófico, ya que la concentración de contaminantes en las aguas cercanas ha rebasado por mucho los niveles permisibles decenas de miles de veces.
A pesar de que el derrame tuvo lugar el 29 de mayo cuando se produjo la pérdida de contención del tanque de combustible de la planta, el Ministerio de Emergencias no supo del incidente hasta el 31 de mayo.
Este accidente no se dio a conocer de inmediato debido a que los empleados de la central intentaron contener el derrame por su cuenta, y omitieron el aviso a los servicios de emergencia durante dos días, según informó el jefe del Ministerio de Situaciones de Emergencia, Evgeny Zinichev durante una reunión con el presidente ruso.
Según la empresa refinadora Nornickel, la descongelación del suelo de permafrost había causado daños al tanque de almacenamiento, lo que provocó el incidente.
«El tanque de almacenamiento tiene muchos años y las obras se llevan a cabo en el permafrost, por lo que el monitoreo debe realizarse de manera permanente y la pregunta es si esto se llevó a cabo», ha advertido el director del Instituto de Ecología de la Escuela Superior de Economía, Boris Morgunov.
El Comité de Investigación, el principal organismo de aplicación de la ley de Rusia, dijo el martes que se lanzó una investigación criminal sobre 20 mil toneladas de combustible diesel que se derramaron en un río Norilsk luego de una «descompresión inexplicada» de un tanque de almacenamiento.