Oficinas corporativas de la farmacéutica Eli Lilly en Indianápolis, el 26 de abril de 2017. (AP Foto/Darron Cummings, File)

La compañía Eli Lilly & Co. decidió detener la inscripción de participantes para un ensayo clínico de su tratamiento con anticuerpos contra el COVID-19 debido a “un posible problema de seguridad”. De acuerdo con información de la agencia Bloomberg, la junta independiente de monitoreo de seguridad recomendó pausar la inscripción en la prueba patrocinada por el gobierno de Estados Unidos, así lo dijo una vocera de la compañía en un comunicado enviado por correo electrónico.

“Eli Lilly apoya la decisión de la junta independiente de garantizar con cautela la seguridad de los pacientes que participan en este estudio”, dijo la vocera de la compañía, Kathryn Beiser. Según el New York Times, no está claro cuántos voluntarios estaban enfermos. La empresa tampoco dio detalles sobre las potenciales complicaciones que podrían haber motivado la decisión.

Desde hace un tiempo Eli Lilly trabaja en una terapia experimental basada en anticuerpos que apunta a pacientes de riesgo pero que se utiliza en infecciones suaves a moderadas de SARS-CoV-2.

El fármaco también podría ofrecer protección temporal contra el contagio a las personas con riesgo de infección, no sólo a las ya infectadas, algo que podría facilitar los protocolos sanitarios hasta que se autoricen las vacunas. Se estima, sin embargo, que una dosis adecuada de anticuerpos para la prevención no sería como una vacuna, de una o dos aplicaciones, sino de varias.

“Cuando comenzamos con este proyecto creíamos que las vacunas iban a ser una solución para el largo plazo, pero sabíamos que los anticuerpos podrían llegar antes”, dijo hace una semana a The Wall Street Journal (WSJ) Daniel Skovronsky, titular de investigaciones del laboratorio de Indianapolis. “Podemos producirlos antes y podemos comprobar su eficacia más rápidamente», añadió entonces.

La droga, que ya se está produciendo a la espera de la luz verde de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) se originó a partir de una muestra de sangre de uno de los primeros sobrevivientes de COVID-19. Según Eli Lilly, podría llegar a producir unas 100.000 dosis en octubre y a más de un millón hacia fines del año. No quedó inmediatamente claro cuanto atrazará sus proyecciones la decisión de detener los estudios.

Según la descripción del laboratorio, “LY-CoV555 es un potente anticuerpo monoclonal” por cuyo diseño está «dirigido contra la proteína de punta del SARS-CoV-2″. Su objetivo es “bloquear la adhesión y la entrada del virus en las células humanas, lo cual neutraliza el virus y potencialmente previene y trata” la enfermedad de COVID-19.

La noticia sobre la suspensión de los ensayos llega apenas un día después de que Johnson & Johnson anunciara la pausa de las pruebas de su vacuna contra el coronavirus debido a un voluntario enfermo, y un mes después de que la prueba de la vacuna de AstraZeneca se detuviera por preocupaciones sobre dos participantes que se habían enfermado después de recibir la vacuna de la compañía.

Con todo, en los ensayos clínicos grandes estas pausas no son inusuales y la enfermedad en los voluntarios no es necesariamente el resultado del fármaco o la vacuna experimental. Estas detenciones están destinadas a permitir que una junta independiente de expertos científicos revise los datos y determine si el evento puede haber estado relacionado con el tratamiento o si ocurrió por casualidad. Con información de Infobae.

Por Jorge A. Leyva

Periodista. Licenciado en Comunicación. Columnista en Agenda Setting Diario. Comentarista de política en radio. Journalist. Fan del Café Necesario Marketing Político y Social Media Publicidad: [email protected]

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