La conservación y restauración de los bosques y la renovación urgente del sistema alimentario mundial mediante un cambio en la dieta son soluciones clave para afrontar la emergencia climática y la crisis de biodiversidad, según publica hoy el nuevo informe del Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas.
“Defender y restaurar nuestros bosques y cambiar nuestro sistema alimentario reduciendo el consumo de carne ayudará a convertir la crisis climática y de biodiversidad en una nueva esperanza para la naturaleza y las personas. Nuestra tierra y biodiversidad están bajo una enorme presión, como demuestran los devastadores incendios en Siberia”, ha señalado el Dr. Christoph Thies, de la campaña de Bosques y Clima de Greenpeace Alemania.
Reducir la deforestación y minimizar el consumo de carne ‘claves’ para paliar la crisis climática y de biodiversidad. “Para proteger nuestro clima y alimentar al mundo, se requiere acción urgente. A la luz del informe del IPCC, los gobiernos han de actualizar y aumentar la ambición de sus objetivos de acción climática”, añade.
Este informe estudia por primera vez la relación entre el cambio climático y los usos suelo. Documenta por un lado los impactos del cambio climático en el sistema alimentario y en los ecosistemas naturales, como los terribles incendios ocurridos en Siberia. Y por otro las soluciones que un uso sostenible del suelo puede proporcionar para contribuir a la mitigación y adaptación al cambio climático y asegurar la seguridad alimentaria.
Más de una cuarta parte de la superficie terrestre está degradada por la acción humana. El 23% de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de la deforestación, los incendios forestales y la agricultura. El informe revela que desde el periodo preindustrial la temperatura sobre la superficie terrestre ha aumentado 1,53 °C en comparación con el promedio global incluyendo la superficie oceánica de un aumento de 0,87 °C. Esta subida de temperatura compromete la seguridad alimentaria y contribuye a la desertificación y a la degradación del planeta.
El IPCC advierte de que más de una cuarta parte de la superficie terrestre está sujeta a la “degradación inducida por el ser humano”, pero hay múltiples soluciones que pueden fomentar tanto la mitigación del cambio climático como la adaptación al mismo, al tiempo que respaldan los objetivos de desarrollo sostenible.
Resalta que la bioenergía, sola o con captura y almacenamiento de carbono (BECCS), presenta altos riesgos para la seguridad alimentaria y la degradación de los ecosistemas. Las mejores soluciones a largo plazo para combatir la crisis climática son la conservación y restauración de los ecosistemas naturales y la reducción de la producción y el consumo de carne. No podemos salvar el clima sin salvar la biodiversidad.
“Nos enfrentamos a un gran reto, pero hay muchas soluciones. Cambiar la forma en que producimos alimentos y lo que comemos protegerá nuestro clima, nuestra biodiversidad y promoverá la seguridad alimentaria. Hemos de abandonar la ganadería industrial y fomentar modos de producción ganadera ecológica”, dijo la Dra. Reyes Tirado, científica principal del Laboratorio de Investigación Greenpeace, Universidad de Exeter.
“Un impulso drástico hacia menos consumo de carne y de lácteos en nuestras dietas es crucial para reducir los impactos del actual sistema alimentario en nuestra salud y en la del planeta”.
Entre las principales conclusiones del informe destacan:
El 23% de las emisiones humanas de gases de efecto invernadero provienen de la deforestación, los incendios forestales y la agricultura. Un mejor uso de la tierra por sí solo no detendrá el cambio climático. Retrasar la eliminación de los combustibles fósiles y el cambio de la mitigación al sector de la tierra aumentará el riesgo de impactos climáticos y la inseguridad alimentaria. Para frenar la emergencia climática el abandono de combustibles fósiles ha de ir acompañado de una gestión del suelo sostenible y la conservación de los ecosistemas naturales pues amortiguan los peores impactos del cambio climático.
Las emisiones del sistema alimentario en su conjunto, incluida la producción y el consumo, representan hasta el 37% del total de las emisiones mundiales de GEI inducidas por el ser humano. El consumo de carne se ha más que duplicado en los últimos 60 años. Se han deforestado bosques para uso agropecuario a un ritmo sin precedentes en la historia de la humanidad. Alrededor de 2.000 millones de adultos tienen sobrepeso u obesidad, pero 821 millones de personas todavía están desnutridos, lo que pone de relieve la necesidad de reformar el sistema alimentario mundial.