El grupo BRICS+ se reivindicó como heredero de movimientos de países del Sur que a lo largo de las últimas décadas buscaron la independencia de las naciones del Norte. «Somos algo más que unas siglas inventadas por un economista», planteó la delegación brasileña, fundadora del bloque.
Además de sus 10 miembros, ayer se incorporaron 13 naciones de tres continentes con carácter de «asociados», paso previo a convertirse en integrantes. Pero Venezuela no fue incluida, en un hecho que la cancillería de ese país atribuyó a un veto de Brasil. Los gobernantes que participaron en la cumbre de tres días acordaron la creación de una plataforma de inversiones y un sistema de pagos propios.
El canciller brasileño, Mauro Viera –en representación del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien a último momento no viajó por prescripción médica–, dijo que BRICS+ no es un simple acrónimo, en alusión a un reporte del economista Jim O’Neill, de Goldman Sachs, publicado en 2001, que identificaba a Brasil, Rusia, India y China como economías emergentes que aumentarían su peso global.
La decimosexta cumbre de los BRICS+ no amplió formalmente del bloque. Los socios de pleno derecho son: Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Egipto y Etiopía.
De manera oficial, los estados asociados que fueron incorporados ayer son: Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Indonesia, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Turquía, Uganda, Uzbekistán y Vietnam. Venezuela no fue incorporada en esta categoría, aun cuando el presidente Nicolás Maduro fue invitado y acudió a la cumbre. La cancillería venezolana publicó un comunicado en el que asegura que su exclusión obedeció a un veto de Brasil, lo que calificó de «hecho agresivo y hostil».
Brasil se justifica
El Gobierno de Brasil ha explicado que el veto a Venezuela en los BRICS «no tiene que ver con la democracia», sino más bien con la «pérdida de confianza», después de que Caracas no cumpliera con su palabra de entregar las actas con los resultados de las controvertidas elecciones del 28 de julio.
El principal asesor de asuntos internacionales de la Presidencia brasileña, Celso Amorim, ha dicho que «no es un problema de régimen político», sino «una cuestión de confianza» ya que Brasil «actuó de buena fe» en este asunto, según ha contado en declaraciones para ‘O Globo’.
En la víspera, el presidente ruso, Vladimir Puitn, reconoció que las «diferencias» con Brasil impidieron la entrada de Venezuela en una lista de una docena de países que fueron designados como socios de los BRICS, paso previo antes de convertirse en Estado miembro de pleno derecho.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Venezuela, Yván Gil, ha valorado como una «agresión inexplicable» esta postura brasileña, que ha «indignado y avergonzado» al pueblo venezolano.