Uber, la empresa transnacional de transporte privado y que opera en México desde 2013, prospera en países que cuentan con una infraestructura de internet eficiente, una creciente adopción por parte de la población de teléfonos inteligentes y un sistema de pagos electrónicos relativamente seguro.
Uber depende de conductores no profesionales, a los que clasifica como contratistas independientes y no como empleados. La figura de conductor contratista ha sido rechazada por diversas cortes de países con aparatos de protección laboral fuertes, obligando a la firma a considerarles como empleados.
El turismo mexicano está viviendo un terremoto en el primer mes del año. La justicia ha confirmado algo que ya estaba sucediendo: Uber puede operar en la zona de Cancún. Y el sector del taxi se ha revuelto. La situación está siendo tan complicada que desde Estados Unidos ya alertan a quienes visiten el país vecino.
En una mañana complicada debido a la lluvia, inicia la jornada #UnDíaSinTaxistas en Cancún, una iniciativa de la ciudadanía ante la violencia que se ha generado por la aprobación del ingreso del servicio de la plataforma Uber a Quintana Roo. Cientos de vehículos particulares y muy contadas unidades del sindicato de taxistas Andrés Quintana Roo se puede notar en las principales avenidas del centro de la ciudad de Cancún. En la terminal de autobuses de esta ciudad una larga fila de trabajadores están formados en espera de transporte para llegar a sus centros de trabajo y es que el uso de taxis de la ola verde es mínima.