El Pentágono confirmó que el Ejército de Estados Unidos mató a Qassem Soleimani, jefe de la Fuerza Quds de élite de Irán, por orden del presidente Trump. Qassem Soleimani murió este jueves en un ataque aéreo estadounidense en Bagdad. El ataque ocurrió cerca del aeropuerto internacional de Bagdad.
En el ataque también pereció Abu Mahdi al Muhandis, subcomandante de las Fuerzas de Movilización Popular (FMP), un grupo paramilitar apoyado por Irán, según las fuentes. Las FMP responsabilizaron a Estados Unidos del ataque del viernes contra el aeropuerto internacional de Bagdad.
Un político de alto rango y un funcionario de seguridad de alto nivel de Irak confirmaron a The Associated Press que Soleimani y Al Muhandis figuran entre los fallecidos en el ataque. Dos jefes paramilitares leales a Irán también confirmaron esas muertes, entre ellos un miembro de la milicia Kataeb Hezbollah, la cual estuvo involucrada en la agresión de esta semana contra la embajada estadounidense.
El funcionario, que solicitó el anonimato, dijo que Al Muhandis había llegado al aeropuerto en una caravana de vehículos para recibir a Soleimani, cuyo avión vino procedente de Líbano o Siria. El ataque aéreo ocurrió apenas después de que Soleimani descendiera del avión.
Los testigos hablaron en condición del anonimato debido a la delicadeza del asunto y porque no estaban autorizados a hacer declaraciones oficiales. El político dijo que el cadáver de Soleimani fue identificado por un anillo. Soleimani, un veterano de la guerra Irán-Irak, es recordado por ayudar a derrotar al grupo ISIS en Irak y Siria, y por mantener al grupo fuera del territorio iraní.
Estados Unidos lo sancionó desde 2007, y en mayo pasado Washington designó a Revolutionary Guards Corp como una organización terrorista extranjera, fue la primera vez que se aplicó esta medida a una institución estatal oficial o a las fuerzas de seguridad de un país.
El asalto en Bagdad marcó el último de una serie de episodios violentos que han tensado las relaciones hostiles entre Irán y Estados Unidos, que comenzaron la semana pasada cuando un contratista estadounidense murió en un ataque con cohetes contra una base militar iraquí en Kirkuk.
El asesinato del contratista condujo a un asalto estadounidense directo y poco frecuente contra una milicia respaldada por Irán en Irak. La respuesta, un ataque a la embajada, amenazó con convertirse en una confrontación más amplia que podría arrastrar a otras naciones de Medio Oriente.