Los días no duran exactamente 24 horas. De hecho, cada año hay un exceso de 6 horas, 9 minutos, 9 segundos y 733 milisegundos, por eso cada cuatro años se añade un día extra a febrero, el 29, llamándolo año bisiesto. Sin embargo, la Tierra está acelerando su movimiento de traslación, llegando el pasado mes de julio al día más corto jamás registrado.
¿La Tierra está girando más rápido? Se registró el día más corto de la historia Los científicos han quedado boquiabiertos al descubrir que la Tierra estableció un récord al completar la rotación más rápida en la historia desde que se empezaron a escribir los registros.
Según el Servicio Internacional de Rotación de la Tierra y Sistemas de Referencia (IERS), el planeta fue 1.59 milisegundos más rápido de lo habitual.
En 2020 se registraron los 28 días más cortos de la historia desde 1960. Aún no se ha determinado a ciencia cierta a qué se debe este aceleramiento en el proceso rotatorio de la Tierra, pero existen algunas teorías que se han venido formulando desde que se están empezando a presentar estos fenómenos.
El derretimiento de los glaciares, por ejemplo, podría significar que hay menos peso en los polos, y por ende, más facilidad del globo para girar. Asimismo, ‘Bussines Insider’ ha mencionado que esto también se debe al Bamboleo de Chandler, una pequeña desviación en el eje de rotación del planeta.
Según presentaron los creadores de la hipótesis, los doctores Leonid Zotov, Christian Bizouard y Nikolay Sidorenkov, esta semana en la Sociedad de Geociencias de Asia y Oceanía, este fenómeno es similar al temblor de un trompo cuando empieza a ganar impulso o se ralentiza.
«La amplitud normal del bamboleo de Chandler es de unos tres o cuatro metros en la superficie de la Tierra (…) pero de 2017 a 2020 desapareció”, dijo el Dr. Zotov a timeanddate.com
¿Segundo adicional negativo?
Esta variación en el sistema rotatorio de nuestro planeta ha hecho que se considere introducir el primer segundo adicional negativo. Esto quiere decir que nuestros relojes tendrían que saltarse un segundo para acoplarse al tiempo civil, que se basa en los registros estables de los relojes atómicos en sintonía con el tiempo solar.
Algunos analistas afirman que esto sería perjudicial para los servicios informáticos, pues se reconfiguraría considerablemente el sistema horario.