El bcalao, un pescado blanco con textura delicada y sabor característico, sus beneficiosas propiedades nutritivas se suma su tradición gastronómica y su versatilidad en la cocina. Además de su bajo contenido en grasa es rico en Omega-3 EPA y DHA, ácidos grasos cardiosaludables que ayudan a mantener los niveles normales de presión sanguínea y triglicéridos en sangre, favoreciendo la circulación el bacalao también es rico en proteínas y además nos aporta vitaminas (B3 y B12) y minerales (fósforo y selenio) necesarios para el buen funcionamiento de nuestro organismo.

Durante la temporada navideña, un preocupante fenómeno ha salido a la luz en la Ciudad de México: Según el informe “Gato X Liebre” publicado por Oceana México, 3 de cada 10 veces que se compra bacalao, este resulta ser otra especie de menor precio, algunas de ellas amenazadas o en peligro de extinción.

Según el estudio, el 31.5% de las porciones de bacalao comercializadas o consumidas en 133 pescaderías, restaurantes y supermercados de la capital mexicana son sustituidas por otras especies. En el 66% de los casos de sustitución, se venden mantarrayas o tiburones amenazados, como el tiburón zorro, sedoso, puntas negras o el tiburón martillo, que se encuentra en peligro de extinción, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).

Mariana Aziz, directora de campañas de transparencia en Oceana, expresó su preocupación: “La falta de una norma de trazabilidad ha permitido que se desconozca el origen de los pescados y mariscos que se comercializan. Esto no solo constituye un fraude que afecta la economía de los mexicanos, también impacta en la salud de los mares”.

El informe también revela que el 28% de las muestras con sustitución corresponden a especies de peces de escamas marinas, como mero, robalo, esmedregal y merluza, mientras que el 6% corresponde a especies acuícolas como la tilapia. Aziz enfatizó: “La falta de una política de trazabilidad ha permitido que especies amenazadas, como el tiburón martillo o el zorro, sean consumidas sin que el consumidor lo sepa y pueda tomar una decisión de consumo informada”.

Los principales puntos de distribución donde se detectó la sustitución de bacalao son las pescaderías con un 55%, seguidas por los restaurantes con un 40%, y supermercados con un 4.5%. La investigación también reveló fraudes en el precio de venta en un caso, un establecimiento ofrecía “bacalao” a 220 pesos por kilo, pero entregaba tilapia, cuyo precio regular es de 85 pesos por kilo en otro, se vendía un supuesto bacalao a 290 pesos por kilo, cuando en realidad era raya, cuyo precio promedio es de 80 pesos.

Para contrarrestar esta problemática durante las festividades, Oceana propuso al Gobierno Federal dos líneas de acción: Establecer reglas de etiquetado que informen sobre el origen del producto marino antes de la compra o consumo, y diseñar una norma obligatoria de trazabilidad de pescados y mariscos para su rastreo desde su captura hasta su adquisición o consumo.

Esta investigación, que utilizó métodos de identificación genética, arrojó luz sobre la preocupante práctica de sustituir bacalao genuino por otras especies, y destaca la urgencia de implementar medidas para garantizar la transparencia y sostenibilidad en la comercialización de productos marinos.

Por Redaccion Digital

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