Científicos del SETI tienen una nueva estrategia para cazar señales alienígenas. La nueva iniciativa se centra en un tipo de señal diferente que tal vez podría permitir a civilizaciones avanzadas comunicarse a través de las vastas distancias.
Así los investigadores han ampliado la búsqueda de civilizaciones extraterrestres tecnológicamente avanzadas vigilando una región con gran densidad de estrellas hacia el núcleo de nuestra galaxia en busca de un tipo de señal que podría ser producida por posibles alienígenas inteligentes y que hasta ahora había sido ignorada.
Hasta ahora, los esfuerzos por detectar señales tecnológicas alienígenas se habían centrado en un tipo de señal de radio de banda estrecha concentrada en un rango de frecuencias limitado o en transmisiones únicas inusuales. La nueva iniciativa, según informaron los científicos, se centra en un tipo de señal diferente que tal vez podría permitir a civilizaciones avanzadas comunicarse a través de las vastas distancias del espacio interestelar.
Patrones repetitivos
Estas señales pulsantes de banda ancha que los científicos están vigilando presentan patrones repetitivos: una serie de pulsos que se repiten cada 11 a 100 segundos y se extienden a lo largo de unos pocos kilohercios, similares a los pulsos utilizados en la transmisión por radar. La búsqueda se realiza en un rango de frecuencias que cubre algo menos de una décima parte de la anchura de una emisora de radio FM media.
Según Akshay Suresh, estudiante de astronomía de la Universidad de Cornell y autor principal de un artículo científico publicado en la revista Astronomical Journal en el que se describe el nuevo trabajo, «las señales buscadas en nuestro trabajo pertenecerían a la categoría de balizas (radiofaros) deliberadas del tipo ‘estamos aquí’ procedentes de mundos extraterrestres».
«Es posible que los extraterrestres utilicen estas balizas para comunicarse con toda la galaxia, para lo cual el núcleo de la Vía Láctea se encuentra en una posición ideal. Cabe imaginar que los extraterrestres utilicen este tipo de transmisiones a la velocidad de la luz para comunicar acontecimientos clave, como los preparativos de una migración interestelar antes de la muerte explosiva de una estrella masiva», añadió Suresh.
PRESS RELEASE: https://t.co/00jokZU3jn
Akshay Suresh, a grad student at @Cornell, spearheads a a groundbreaking mission to uncover periodic signals emanating from the core of the Milky Way called the Breakthrough Listen Investigation for Periodic Spectral Signals (BLIPSS). pic.twitter.com/X57vd3b6fU— The SETI Institute (@SETIInstitute) May 30, 2023
Búsqueda de vida extraterrestre avanzada
El proyecto, denominado Breakthrough Listen Investigation for Periodic Spectral Signals (BLIPSS), es fruto de la colaboración entre Cornell, la organización de investigación SETI Institute y Breakthrough Listen, una iniciativa de 100 millones de dólares para la búsqueda de vida extraterrestre avanzada.
«En el ámbito de la búsqueda de inteligencia extraterrestre, o SETI, nos embarcamos en un viaje para detectar señales de civilizaciones extraterrestres tecnológicamente avanzadas», afirma el astrónomo y coautor del estudio Vishal Gajjar, del Instituto SETI y la Universidad de California en Berkeley.
«Sin embargo, la naturaleza de estas señales sigue siendo un misterio, lo que nos deja en la incertidumbre sobre sus características específicas. De ahí que sea crucial explorar un conjunto diverso de señales que probablemente no se produzcan de forma natural en el entorno cósmico», añade Gajjar.
Gracias a un radiotelescopio terrestre situado en Virginia Occidental, BLIPSS se ha centrado en una franja del cielo equivalente a menos de una-200ª parte de la superficie cubierta por la Luna, que se extiende hacia el centro de la Vía Láctea, a unos 27.000 años luz de distancia. Un año luz es la distancia que recorre la luz en un año: 9,5 billones de kilómetros.
Esta zona contiene unos 8 millones de estrellas, según Suresh. Si existen formas de vida extraterrestre, es de suponer que poblarían planetas rocosos que orbitan en lo que se denomina la zona habitable alrededor de una estrella: ni demasiado caliente ni demasiado fría. Con información de DW