Una granja de peces rural de Indiana, está un paso más cerca de conseguir salmón genéticamente modificado para llevarlo a la mesa de los consumidores en Estados Unidos. La compañía está cosechando su primer lote de salmón del Atlántico, con lo que prepara su producción inaugural de peces transgénicos que saldrá a la venta a finales de este año.
La instalación terrestre de AquaBounty Technologies en Albany, Indiana, comenzó a producir salmón del Atlántico no transgénico mientras esperaba el permiso federal para importar los huevos genéticamente modificados al país.
La compañía importó los huevos de salmón transgénico a las instalaciones el año pasado, mientras continuaba criando los peces convencionales en tanques separados.
La directora ejecutiva de AquaBounty, Sylvia Wulf, dijo que la cosecha de salmón del Atlántico está ayudando a la compañía a prepararse para la producción de peces transgénicos.
«Entonces, esos peces están llegando al mercado y lo que nos permite hacer es asegurarnos de que tengamos nuestras cadenas de suministro y nuestro procesamiento en su lugar, antes de cosechar AquAdvantage más adelante este año», dijo Wulf.
Ella dijo que hay demanda para el salmón producido en Indiana en un momento en que Covid-19 ha causado una tensión en las cadenas de suministro de alimentos.
Después de hacer una investigación de mercado, Wulf confía en que se venderá el salmón transgénico.
«Lo que encontramos es que la mayoría de los consumidores estadounidenses están abiertos a los transgénicos», dijo Wulf. «Y lo que quieren entender es, por qué hiciste lo que hiciste, y cuáles son los beneficios de eso. Pero confían en la seguridad, están dispuestos a intentarlo».
El salmón transgénico será el primer animal genéticamente modificado que saldrá al mercado para consumo humano en los Estados Unidos.
Según los representantes del granja, a través de décadas de estudio pudieron concluir que mediante una sencilla modificación genética, se podía duplicar la tasa de crecimiento del salmón y conseguir que llegue al tamaño de comercialización en la mitad de tiempo (18 meses frente 36), consumiendo menos recursos.
Por otro lado, posterior a todas las pruebas imaginables durante más de 20 años, se demostró que la única diferencia existente entre el salmón transgénico y el no transgénico es su ritmo de crecimiento, ya que no existen diferencias organolépticas (sabor, textura) ni variaciones en la composición de la carne, según reportan ellos mismos.