«Yo prefiero hablar a partir de la música» expresó el músico franco-congolés Ray Lema, esto durante una clase magistral, en la que platicó acerca de la República Democrática del Congo (RDC): “veo que toda esta juventud sabe que tiene raíces allá, por eso me siento en el deber de hablarles un poquito de ese país”.
Ray Lema, quien se encontraba en Cuba invitado por la Embajada de Francia con motivo de la celebración del 37 Festival Internacional Jazz Plaza, visitó el Conservatorio de música “Guillermo Tomás”, de Guanabacoa en La Habana, escuela asociada de la UNESCO, junto la presidenta de la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO (CNCU), Dulce María Buergo.
Es muy especial esta visita, justamente con el propósito de compartir el patrimonio inmaterial Cuba-África, en particular del Congo, pues estamos celebrando la inscripción, el pasado mes de diciembre de 2021, de la rumba congolesa en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI), que a partir de ahora Cuba y el Congo comparten
Así, el notable músico, nacido en Kinshasa en 1946, reflexionó sobre el patrimonio musical africano, el que considera no como un objeto para museos, sino fuente viva para su trabajo. Ray Lema, recordó una experiencia que le hizo cambiar su vida: la creación, a partir de una encomienda presidencial, del Ballet Nacional del Congo, país enorme, con una superficie 4 veces y media la de Francia, y cerca de 450 etnias y lenguas diferentes, dijo. Esa difícil tarea, subrayó, lo acercó a toda la música del Congo, desde los ritmos tradicionales a los más modernos, entre ellos La rumba congoleña, género musical y baile popular de las zonas urbanas, recientemente incluido en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El Maestro Lema interpretó dos piezas: una rumba tal y como se ejecuta hoy en Kinshasa, capital de la RDC, y un ritual, que indicó deseaba que escucharan los estudiantes porque es portadora de un ritmo muy complejo, «un ritmo que no puede tocar un niño, y así podrán apreciar la complejidad de sus raíces».
«Voy a tocar el piano y también cantar, porque quiero que escuchen mi idioma»
El reconocido jazzista franco-congolés ejecutó la clave de la rumba congoleña y propuso le fuera enseñada a los estudiantes cubanos, no solo por formar parte de su herencia, sino para contribuir a su preservación.
Varias muchachas estudiantes del Conservatorio se unieron al Maestro Lema en la ejecución de la difícil pieza, en una muestra del nivel que alcanzan los y las jóvenes que en él se forman.
A ritmo de música, y con el pequeño Leduán en brazos de Ray Lema, culminó el emotivo encuentro, como símbolo de las raíces que se entrelazan entre Cuba y África y el rico patrimonio musical que comparten.
El encuentro comenzó con un cálido recibimiento musical de los educandos, cuyo cierre incluyó una improvisación jazzística del artista visitante junto al joven estudiante de fagot David Marcus Perdomo.
El Maestro Lema recorrió el Conservatorio de la mano de su directora, Mónica Vega Maestri, quien le ofreció detalles sobre la historia y las particularidades de la enseñanza en este centro, que es parte del sistema cubano de educación artística y que brinda formación a niños y jóvenes en los niveles elemental y medio, en 20 especialidades.
Cuiden sus tradiciones…
Así exhortó el pianista y compositor franco-congolés a un grupo de niños y niñas de 4º grado con los que departió y a los que expresó con dolor cómo se pierde el rico patrimonio musical tradicional de diversos países, pues muchos estudiantes y artistas prefieren cultivar música clásica o moderna, y se olvidan de rescatar, promover o conservar las expresiones que forman parte del patrimonio vivo de su tierra.
Una clase magistral del prestigioso artista, junto a la musicóloga cubana Cary Diez, fue el núcleo central de la visita.
Al presentarlo a los estudiantes reunidos en la sala teatro del Conservatorio, Dulce María Buergo recordó que Lema goza de un amplio prestigio y reconocimiento entre los músicos cubanos y destacó su labor en el ámbito de la Coalición de Artistas en favor de la Historia General de África. También destacó sus visitas anteriores a Cuba en 2017 y 2018 y que vuelve este año a la Isla con motivo de la celebración del 37 Festival Internacional Jazz Plaza, en esta ocasión gracias al apoyo de la Embajada de Francia en La Habana.
Cuba y el Congo, hermanados también por la música
Cary Diez, una de las personalidades más conocedoras de la rumba cubana y sus orígenes, hizo un recorrido por la presencia de esta manifestación y de la música cubana en general, desde la década de 1940, en tierras del Congo. Asimismo, destacó la vigencia de las tradiciones culturales de origen Congo-Bantú en Cuba. Su presentación estuvo apoyada por ejecuciones al piano de estudiantes del Conservatorio.
También acompañaron su disertación las interpretaciones de los cultores de la rumba Justo Pelladito y Juan Enrique Chacón y del pequeño de cinco años Leduán Halil Barbosa, quien hizo una demostración de virtuosismo al tocar los tambores en un canto ritual dedicado al oricha Elegguá.
Las presentaciones de los cultores, de diferentes generaciones y comunidades, y la respuesta del público a ellas, es muestra de algunas de las razones «que hicieron merecedora a la rumba cubana de integrar la Lista Representativa del Patrimonio Cultural de la Humanidad en 2016», como recordó Cary Diez. Fuente UNESCO