En esencia los robots industriales son maquinas de manipulación multifuncionales reprogramables ¿Qué quiere decir esto? Muy sencillo, son robots con la capacidad de mover materiales, piezas, dispositivos especiales o herramientas dentro de una línea de producción. Todo ello, con trayectorias variables para ejecutar ciclos de tareas o adaptadas en función al trabajo.
Su diseño es de una maquina articulada, capaz de realizar movimientos que un humano podría hacer, pero, con un mayor grado de efectividad y precisión en la elaboración de una tarea en casi cualquier proceso industrial.
China sabe que tiene un problema si quiere seguir siendo la fábrica del mundo: su población en edad de trabajar apenas crece desde hace años y sus trabajadores cada vez tienen sueldos más altos, lo que pone en jaque su dominio de la producción frente a occidente y a países emergentes como India.
En respuesta a esta tendencia demográfica, el gigante asiático ha apostado por reforzar el uso de robots en sus fábricas. Durante el año pasado, la compra de robots industriales creció un 45% en China con respecto al año anterior, con más de 243.000 equipos de este tipo.
Con estos datos, China ha instalado prácticamente la mitad de los robots industriales que se pusieron en marcha en todo el mundo en el año pasado, donde la cantidad de instalaciones de robots industriales fue de algo menos de de 500.000 durante 2021.
Este crecimiento tiene lugar en un contexto global de crecimiento en la instalación de robots industriales, que en 2021 creció un 27%, pero los datos de China la sitúan muy por delante de la media internacional en cuanto a esfuerzos de automatización.
Entre lo sectores que más crecieron en número de robots en las fábricas destaca especialmente el de la automoción, donde el aumento fue del cerca del 90% en 2021 respecto al año anterior.
China tenía un plan para dominar la tecnología y convertirse en el país más poderoso del mundo, pero todo ha salido mal. Así se desprende de los datos de la Federación Internacional de Robótica (IFR, por sus siglas en inglés), que agrupa a los actores de la industria de robots a nivel internacional, como ha recogido el diario The Wall Street Journal.
Con esta medida China busca ponerse al nivel de países como Corea del Sur, Japón o Alemania, que también son fuertes en el sector de la fabricación pero que tienen una tasa de automatización mucho más alta y plantillas más pequeñas en comparación con China, donde la mano de obra solía ser considerablemente más barata.
De esta manera, China también quiere poner tierra de por medio con respecto a otros países emergentes que cuentan con una población en edad de trabajar que sí crece rápidamente. Según estimaciones de Naciones Unidas, el número de habitantes de India superará la de China en 2023.
La ONU también asegura que la población de China en edad de trabajar, es decir, entre 20 y 64 años, puede haber llegado ya a su punto más alto, debido a la baja natalidad de los últimos años. También se espera que las personas en edad de trabajar empiecen a descender bruscamente a partir de 2030.
En la actualidad, China sigue siendo el país líder en la industria manufacturera, con el 29% de la fabricación a nivel internacional. El año pasado 147 millones de personas trabajaban en el sector industrial, mientras que en 2012 alcanzó su dato más alto: 169 millones de empleados en fábricas.
La mayor parte de los robots industriales que se han instalado en las fábricas chinas en los últimos meses proceden de marcas especializadas en robótica de otros países, en especial Japón, con compañías como Yaskawa, responsable de equipos como brazos robóticos.
La cifra representa un nuevo hito para el mercado robótico. Según la IFR la mitad de los robots que se instalan a nivel global están situados en China. El gobierno chino ha anunciado la creación de la tiulación de técnico de ingeniería robótica ante la gran demanda de profesionales