No ha empezado con sus cambios el presidente electo -eso de virtual es un tecnicismo realmente innecesario- y el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador ya está encontrando resistencias a una de sus principales propuestas eje, me refiero a la de mover las dependencias gubernamentales, las secretarías y principales organismos de Gobierno a los Estados de la República. Y es que los sindicatos de los trabajadores gubernamentales han alzado la voz para pedir que la plantilla laboral sea tomada en cuenta en la próxima y eventual descentralización del Gobierno Federal.
El asunto no es tan fácil como se pretender hacer ver, es como si por un plumazo miles de familias puedan ser reubicadas, así como así, imagine a alguien que tiene a sus hijos y su familia en la ciudad de México, su casa, su patrimonio, sus amistades, su forma de vida en un sector de la gran ciudad de México, ahora la opción sería irse del frío o del clima templado al calor extremo, digamos Sonora o Baja California. O bien a Chiapas o Oaxaca. La idea aunque pudiese sonar buena de entrada, en realidad es compleja por lo que conlleva. Casas para miles de familias que tendrían que trasladarse, escuelas y servicios educativos suficientes, servicios médicos. ¿Todas las capitales del país están preparadas para algo así?
Y suponiendo que no quieran los trabajadores. Entonces se les debe indemnizar conforme a la ley. ¿Existe ese dinero presupuestado? Al momento no lo está. Y si bien, digamos que se logra todo eso… ¿Dónde están las oficinas listas para albergar a un burocracia? Aunque nos digan que será adelgazada, hoy por hoy es enorme. No tardarán en decirnos que esto aunque se realizará o lo menos que no podrá ser tan rápido. Por decretos no se puede gobernar este país, ni cualquier otro; mucho menos con puras buenas intenciones. López Obrador sin duda debe cumplir. La expectativa es alta pero el problema es que los cómo dejan mucho que desear.
Sobre el tema, el líder Joel Ayala Almeida, secretario general de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, recién declaró que se debe contar con una verdadera planeación para realizar la propuesta. Los líderes sindicales dicen estar de acuerdo pero sólo si fuera de forma gradual. El también senador reconoce que primero hay que hacer un proyecto de nación y para llevarlo a cabo se debe hacer una real planeación del tema, nada a la carrera, porque entonces no aceptarían los trabajadores. Si es cierto que la idea podrá motivar un desarrollo económico para la entidad que reciba la dependencia federal en cuestión, el tema es que esto no será tan rápido como se lo vendieron a la gente.