Vladimir Putin no pretende someterse a lo que el Kremlin considera chantaje petrolero de parte de Arabia Saudita, por lo que todo indica que la guerra de precios que agita los mercados mundiales de los energéticos va a continua.
El choque sin precedentes entre estos gigantes exportadores, y antiguos aliados de la OPEP, amenaza con empujar el precio del barril a menos de 20 dólares, pero advierte que Moscú no será el primero en parpadear y buscar una tregua, dijeron fuentes cercanas al Gobierno Ruso.
El presidente de Rusia ha pasado años construyendo reservas para este tipo de crisis. Si bien Rusia no esperaba que los saudíes desencadenaran una guerra de precios, apuntaron las personas, el Kremlin hasta ahora confía en que puede resistir más tiempo que Riad.
«Putin es conocido por no doblegarse ante la presión», afirmó Alexander Dynkin, presidente del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales en Moscú, un grupo de expertos estatal que asesora al Gobierno sobre política exterior y economía. Ha demostrado que está listo para una dura competencia «para proteger los intereses nacionales y mantener su fuerte imagen política».
Después de dos décadas al mando de Rusia, el presidente tiene suficiente experiencia para sobrevivir a la crisis actual, indicaron tres personas, que pidieron no ser identificadas. Putin no es alguien que cede, incluso si la pelea trae pérdidas significativas, dijo una persona.
El mercado petrolero está observando y esperando a ver si Rusia o Arabia Saudita va a ceder ante la dolorosa caída de los precios y pide una tregua. El crudo Brent se ha desplomado desde más de 50 dólares por barril a principios de marzo a 24.52 dólares esta semana, ya que Arabia Saudita enojado por el veto del Kremlin de recortes más profundos de la OPEP, emprendió un aumento histórico de la producción justo cuando la pandemia del nuevo coronavirus eliminó la demanda.
Las pérdidas ya son visibles para Rusia, con un debilitamiento de la moneda y una potencial recesión. El presupuesto estatal, que se basa en precios del petróleo de poco más de 40 dólares por barril, podría entrar en déficit este año, lo que obliga al Gobierno a acudir a su fondo de riqueza soberana solo dos meses después de que Putin prometió un mayor gasto social.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comentó el jueves que la guerra de precios era «devastadora para Rusia» y añadió: «en el momento adecuado, me involucraré». Wall Street Journal informó que la Casa Blanca está considerando nuevas sanciones contra Rusia como medio de presión para precios más altos. Hasta ahora, el Kremlin se ha negado a cambiar las políticas ante tales restricciones.
El equipo de Putin esperaba que el colapso de las conversaciones de la OPEP condujera a una disminución de los precios, declararon dos de las personas. El liderazgo ruso estaba preparado para que el crudo cayera hasta 20 dólares y enfrenta las consecuencias económicas con la cabeza fría.