Las colillas de cigarro contaminan y contaminan mucho, National Geographic publicó en agosto de 2019 que las colillas de los cigarros son contaminación plástica tóxica, pero antes de convertirse en eso, filtran nicotina y metales pesados.
Tan solo al año, los fumadores de todo el mundo compran alrededor de 6.5 billones de cigarros; es decir, 18 mil millones por día. Aunque el cigarro se desintegra, no así el filtro o la colilla, misma que se calcula solo una tercera parte acaba en la basura, el resto en la calle.
Por eso legisladores de varios partidos políticos en la Cámara de Diputados buscan con una iniciativa prohibir que se fume o se venda tabaco en las playas mexicanas y en las áreas naturales protegidas del país.
Los legisladores pretender reformar la Ley General para el Control de Tabaco. La justificación es que las playas son uno de los principales atractivos turísticos, pero también un lugar con daños severos debido a la basura tanto en las playas como en la superficie contigua que afecta el océano. Las colillas de cigarro son de los objetos más localizados y contaminantes.
En la iniciativa buscan incluir las superficies de alto valor ambiental referidas dentro del concepto de espacio 100 por ciento libre de humo. «Así como la prohibición expresa de comercializar, vender, donar, suministrar, distribuir gratuitamente o exhibir cualquier producto del tabaco en playas, zona federal marítimo-terrestre y áreas naturales protegidas», indica la iniciativa.
¿De qué está hecha la colilla? Están hechas de acetato de celulosa, que cuando se arroja al ambiente desprende nicotina, metales pesados y otros químicos que absorbieron.
Uno de los efectos negativos de las colillas en el medio ambiente es que inhiben el crecimiento de las plantas y contaminan los océanos. Actualmente, en México se establece el derecho de las personas no fumadoras a no estar expuestas al humo del tabaco en sitios cerrados que comparten con fumadores.
La misma restricción abarca en centros de trabajo o lugares públicos.