El presidente Donald Trump informó la madrugada de este viernes 02 de octubre que él y la primera dama Melania habían dado positivo por coronavirus, lo que ha generado incertidumbre respecto al liderazgo de Estados Unidos y ha intensificado la crisis generada por una pandemia que ha matado ya a más de 207,000 estadounidenses y devastado la economía del país.

“Esta noche, @FLOTUS y yo dimos positivo por COVID-19”, escribió Trump en Twitter poco antes de la 1 a.m. “Empezamos nuestra cuarentena y proceso de recuperación de inmediato. ¡Superaremos esto JUNTOS!”, expuso en su cuenta de Twitter.

El médico del presidente dijo que Trump se encuentra “bien” sin especificar si ha experimentado síntomas y añadió que por el momento será puesto en aislamiento en la Casa Blanca.

“El presidente y la primera dama se encuentran bien por ahora, y planean permanecer en la Casa Blanca durante su convalecencia”, dijo el doctor Sean P. Conley en un comunicado, sin detallar cuánto duraría este periodo. “Tengan por seguro que espero que el presidente continúe con sus deberes sin interrupción durante su recuperación y que los mantendré informados de cualquier novedad”.

Otros miembros del equipo del presidente no especificaron si el mandatario había experimentado síntomas, pero algunas personas en la Casa Blanca notaron que su voz sonaba rasposa el jueves, aunque no queda claro que sea algo anormal, especialmente teniendo en cuenta el número de eventos de campaña en que ha participado en los últimos días.

Trump recibió los resultados de la prueba luego de que se contagió una de sus asesoras más cercanas, Hope Hicks, quien trajo así el virus a su círculo íntimo y subrayó la dificultad de contenerlo incluso cuando se cuenta con los recursos del presidente. Trump ha minimizado la gravedad del virus durante meses y dijo apenas el jueves durante una cena que “el fin de la pandemia estaba a la vista”.

El resultado positivo del presidente Trump podría presentar dificultades inmediatas para el futuro de su campaña electoral contra el exvicepresidente Joseph R. Biden Jr., su rival demócrata, a solo 33 días de la elección del 3 de noviembre. Incluso si el presidente Trump, de 74 años, resulta asintomático tendrá que mantenerse al margen de los eventos de su campaña y permanecer aislado en la Casa Blanca por un periodo indeterminado. Si llega a enfermarse, podría incluso plantearse la cuestión de si debe continuar en la carrera electoral.

Aun cuando no llegue a enfermar de gravedad, la prueba positiva podría resultar devastadora para su futuro político debido a los meses que lleva restando importancia a la pandemia mientras el virus sigue arrasando el país y matando a unos 1000 estadounidenses al día. Trump ha dicho repetidas veces que el virus “va a desaparecer”, ha asegurado que se encuentra bajo control y ha insistido en que el país estaba “a punto de llegar” al final de la crisis. Ha criticado a los científicos, asegurando que estaban equivocados respecto a la gravedad de la situación.

Trump se ha negado durante meses a usar cubrebocas en público, se lo ha puesto solo en contadas ocasiones, ha cuestionado repetidas veces su efectividad y se ha burlado del exvicepresidente Biden por llevar uno. Rezagado en las encuestas, el presidente ha celebrado eventos de campaña abarrotados, desafiando así las recomendaciones de salud pública y, en ocasiones, a las autoridades estatales y locales.

Al aceptar la nominación en el último día de la Convención Nacional Republicana, invitó a más de 1000 simpatizantes al Jardín Sur de la Casa Blanca. Luego de eso ha realizado múltiples mítines a lo largo del país, habitualmente con cientos y hasta miles de personas apretadas en espacios reducidos. Muchas de esas personas, sino la mayoría, no llevaban mascarillas.

El resultado positivo minará el esfuerzo del presidente por alejar la pandemia del centro de la discusión pública, un tema que, según las encuestas, la mayoría de los estadounidenses piensa que ha manejado de forma equivocada. Trump ha buscado centrar la atención de los votantes en temas que considera le resultan más favorables, como la violencia en las ciudades, su candidata a magistrada de la Corte Suprema , los votos por correo y la relación del candidato demócrata Biden con los progresistas en su partido.

Fuera del terreno de la campaña, el simbolismo de un presidente contagiado puede inquietar a gobernadores y dueños de negocios que intentan decidir cuándo y cómo reabrir o mantener abiertos tiendas, escuelas, parques, playas, restaurantes, fábricas y otros establecimientos. En su intento por recuperar cierta apariencia de normalidad antes de las elecciones, el presidente Trump ha desestimado las preocupaciones de salud y ha exigido la reapertura de escuelas, el reinicio del fútbol universitario y que los negocios vuelvan a operar al cien por ciento. Con información del NY Times.

Por Jorge A. Leyva

Periodista. Licenciado en Comunicación. Columnista en Agenda Setting Diario. Comentarista de política en radio. Journalist. Fan del Café Necesario Marketing Político y Social Media Publicidad: [email protected]

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