El accidente producido en la Sonda de Campeche, a unos 400 metros de la plataforma de producción de petróleo Ku-Charly, demuestra los graves riesgos que implica tanto para el medio ambiente, como para la seguridad de las personas, el modelo de combustibles fósiles en México.
Si bien Petróleos Mexicanos reportó que ya está bajo control el incidente, identificado como un “ojo de fuego” en medio del mar y que afortunadamente no hubo personas lesionadas, es evidente el riesgo que las instalaciones petroleras y su escaso mantenimiento, implican para el medio ambiente y para la seguridad de las personas.
“El accidente ocurrido a unos 400 metros de la plataforma se debió, según la información disponible, a que una válvula de una línea submarina a 78 metros de profundidad, reventó, lo que generó la explosión y el fuego. Como parte del modelo extractivista de combustibles fósiles, estos son los riesgos que enfrentamos a diario y que llaman a cambiar ya el modelo energético, como lo hemos demandado desde Greenpeace”, aseguró Gustavo Ampugnani, Director Ejecutivo de Greenpeace México.
Explicó que este accidente ocurrido en el circuito perteneciente al llamado Activo Integral de Producción Ku Maloob Zaap de Petróleos Mexicanos, es un claro ejemplo de que el modelo de producción de energía basado en combustibles fósiles, es inoperante y de graves riesgos para el medio ambiente, pues después de controlado el incendio, habrá que ver de qué dimensiones fue la afectación al ecosistema marino de los alrededores.
Greenpeace México recordó que de acuerdo con la información de Petróleos Mexicanos (PEMEX), en este complejo se producen 63 mil barriles diarios de crudo y hasta 288 millones de pies cúbicos de gas, lo que representa –como ya quedó demostrado– un extremo riesgo para los accidentes.
Si bien por fortuna no se reportan (hasta ahora) lesionados o muertes qué lamentar, sí es un hecho que las instalaciones petroleras en cualquier parte del mundo implican riesgos de accidentes graves con consecuencias medioambientales de gran escala, como en este caso.
Peor aún, la petrolera mexicana ha enfrentado en los últimos años serios problemas de mantenimiento por falta de inversión y cada día que pase sin el mantenimiento adecuado, se incrementa el riesgo de accidentes de este tipo. Pero más allá de eso, el problema es que seguimos usando combustibles fósiles, en lugar de apelar a las energías renovables.
Greenpeace México llamó a cambiar el modelo fósil, por uno donde las energías renovables sean la base para generar la energía que el país necesita y que no implican riesgos al medio ambiente, aunque se debe de cuidar siempre que se respeten los derechos humanos de las comunidades y se garanticen los derechos al medio ambiente sano y a la salud de todas las personas.