Basándose en las lecciones de los dos últimos años, la mayoría de los países afectados por la variante ómicron de la COVID-19, altamente contagiosa, están consiguiendo mantener las escuelas abiertas con protocolos de seguridad y salud reforzados. Sin embargo, la continua perturbación de la educación requiere medidas más audaces para recuperar las pérdidas de aprendizaje.
Según nuevos datos publicados por la UNESCO en el Día Internacional de la Educación este pasado 24 de enero, las escuelas están actualmente abiertas en la mayoría de los países del mundo (135). En un pequeño número de países (25), la escolarización se ha suspendido temporalmente, prolongando las vacaciones de fin de año.
Sólo una docena de países ha optado por cerrar las escuelas y pasar a una enseñanza totalmente a distancia en lugar de presencial desde el estallido de la variante ómicron. Esto contrasta fuertemente con el mismo periodo del año pasado, cuando se cerraron las escuelas y el aprendizaje fue totalmente a distancia en 40 países.
La educación sigue viéndose profundamente perturbada por la pandemia, pero todos los países son ahora muy conscientes de los dramáticos costes que supone mantener las escuelas cerradas, tal y como dijo la UNESCO durante los dos últimos años. La expansión de la vacunación y las lecciones de los dos últimos años se han traducido en un nuevo modelo basado en protocolos de salud y seguridad escolar.
Una docena de países estudiados –entre los que se encuentran Brasil, Francia, Kazajstán, México, Palestina y Ucrania– utilizan ahora sistemas de vigilancia tipo semáforo que activan diferentes medidas en función de los niveles de infección: uso de mascarillas, lavado de manos, ventilación, pero también distanciamiento en el interior y el exterior, y cierre de aulas en función de cada caso para evitar que afecte a todos los alumnos de la escuela. Países como Canadá, Francia, Reino Unido e Italia también están utilizando políticas masivas de detección rápida.
El apoyo socioemocional, la asistencia a los profesores y los recursos financieros son esenciales para aplicar eficazmente estos protocolos. La UNESCO pide una vez más que se redoblen los esfuerzos para vacunar a los profesores, ya que éstos no fueron asignados a ningún grupo prioritario en aproximadamente 1 de cada 3 países.
Si las escuelas están en vías de reapertura, también hay que actuar para devolver a la escuela a todos los niños que se han alejado de ella y recuperar las pérdidas de aprendizaje. Si no se toman medidas correctivas, prestando atención a los alumnos más vulnerables, la pandemia de la COVID-19 tendrá consecuencias dramáticas a largo plazo.
Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO
Un estudio a gran escala llevado a cabo por la UNESCO y la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Escolar en 11 países informa de que más del 50% de los profesores declararon que los alumnos no habían progresado a los niveles esperados, mientras que la mayoría de los profesores coincidieron en que era difícil proporcionar el apoyo necesario a los alumnos vulnerables. Más del 50% de los estudiantes dijeron sentir ansiedad por los cambios en sus escuelas.
Desde el inicio de la pandemia, la UNESCO y su Coalición Mundial para la Educación, que cuenta con 175 miembros, han catalizado alianzas en más de 100 países para mantener la continuidad del aprendizaje. Esto ha incluido el establecimiento de plataformas digitales, equipando a los profesores con habilidades digitales y aumentando el acceso a los contenidos de educación a distancia. Fuente Unesco