Es mexicano, su nombre es Alejandro González Gerwig, nació en una familia de músicos y toca el piano desde los tres años y acaba de tocar en la Casa Beethoven después de haber ganado el premio Beethoven Bonnensis.
«Cuando tenía tres años, oía tocar piano a mi papá y a mi mamá y se me antojó tocar a mí también. Ellos me empezaron a enseñar piezas cortas y fáciles», relata Alejandro González Gerwig a la agencia DW sobre sus inicios musicales.
Alejandro acaba de ganar el premio Beethoven Bonnensis, que incluye un concierto de galardonados en la casa natal del compositor, celebrado este 20 de noviembre de 2021. «Me dicen mucho que me parezco a Beethoven y me parece bonito, porque vivo aquí, cerca de Bonn, pero su música me gusta tanto como la de otros compositores», dice. En 2020, con motivo de la conmemoración del 250 aniversario del nacimiento del músico, interpretó incluso el papel del joven Beethoven, tocando vestido de época con la orquesta de la ciudad de Bonn.
«Alejandro está hecho para tocar como Beethoven quería. Comprende muy bien su música y tiene un instinto natural para interpretarla», dice a Deutsche Welle su profesor, el pianista italiano Fabio Bidini. «En el futuro, vamos a centrarnos en el repertorio beethoveniano. Antes le hice tocar mucho Mozart, Haydn, Bach. Esta preparación fue muy importante. Sus manos todavía deben ensancharse», agrega Bidini, que da clase a Alejandro en el programa para niños de alto rendimiento de la Escuela Superior de Música y Danza de Colonia.
Además de ganar junto con Johnny Lee el premio Beethoven Bonnensis 2021, Alejandro se ha llevado la mención a la mejor interpretación de la obra del compositor de Bonn. Lo hizo tocando la Sonata Waldstein, una obra de considerable dificultad, solo apta para pianistas avezados: «No es habitual que un joven de 14 años se atreva a tocar la conocida y nada sencilla Sonata Waldstein. En su interpretación, Alejandro logra la expresividad musical de un adulto, narrando las controvertidas atmósferas beethovenianas como si fueran una historia apasionante», dice Robert Ransburg, presidente del jurado del premio Beethoven Bonnensis y antiguo miembro de la Orquesta Beethoven.
El piano como lengua materna
Los primeros maestros de Alejandro fueron sus padres. El mexicano Efraín González y la alemana Christine Gerwig son pianistas profesionales y se conocieron estudiando en el Mozarteum de Salzburgo. Instalados posteriormente en Bonn, han dinamizado la pedagogía del piano para niños en la región renana, empezando por sus propios hijos: Alejandro, de 14 años, y Valeria, de 12, que han ganado varios premios como dúo pianístico.
Al jurado del Beethoven Bonnensis no le ha pasado desapercibida la naturalidad con la que toca el joven: «Es evidente que se expresa con música a través del piano como si fuera su lengua materna. No solo posee una técnica segura, sino que, además, no toca con poses forzadas y permite aflorar su expresividad, por lo que el oyente no percibe las considerables dificultades de las obras que interpreta», destaca Robert Ransburg, presidente del jurado.
Sin tiempo para los videojuegos
Por lo demás, su vida transcurre como la de cualquier otro adolescente de su edad, aunque admite que, tal vez,Fuente DW no dedique tanto tiempo a los videojuegos como algunos compañeros de su clase: «Tengo tiempo para mis amigos, no es que esté siempre tocando el piano. Los sábados y domingos, que no tengo escuela, me levanto, estudio 3 o 4 horas y después puedo salir con ellos», dice.
¿Y el futuro? El joven parece tenerlo claro: «Quiero hacer carrera como solista y tocar en salas importantes, como el Carnegie Hall, y tocar con orquesta. También quiero seguir haciendo música de cámara con violín con mi hermana, Valeria, o como dúo de pianos también con ella». Fabio Bidini, su profesor, confirma que al joven «le encantan los retos»: «Tiene una voluntad enorme y está muy centrado. Tiene un brillante futuro por delante», asegura el pianista y maestro.