Maribel Ramírez Coronel (El Economista)
Hace unos días la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en su reporte del cuarto mes del año informó al Congreso de la Unión que el subejercicio en salud ascendía a los 18,701.8 millones de pesos. De no creerse que en plena pandemia y ante tanta necesidad, el Gobierno insiste en no gastar todos los recursos que están disponibles para la salud de los mexicanos.
De los 59,838.6 millones de pesos que el sector salud tenía para gastar del ramo 12 durante el primer cuatrimestre del año, solamente ejerció el 69% que fueron 41,136.8 millones de pesos. Los otros 18,701.8 millones listos para utilizarse en algo tan fundamental como la salud de la población, se quedaron esperando en otras cuentas de la Tesorería federal.
Eso significa que el Sector Salud está dejando de gastar una tercera parte de los recursos disponibles conforme lo aprobado en el Presupuesto de Egresos 2022. Ello es simplemente vergonzoso y deplorable habiendo tantas necesidades y carencias en hospitales y centros de salud. Es una severa ofensa sobre todo para aquellos pacientes que se están quedando sin medicamentos o que les retrasan sus estudios por algún equipo descompuesto o que llevan meses esperando para que les agenden su intervención.
Conforme el seguimiento mensual del presupuesto que hace el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), en abril del 2022 se gastó la mitad de lo que se gastó en el mismo mes del 2021, algo inconcebible cuando sólo por inflación tendría que gastarse más para nivelar.
Ello ya no sorprende a nadie pues de todos es sabido la falta de competencia en el sector salud durante el actual gobierno, y que ello ha sido muy evidente sobretodo en el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) con el desorden en las compras y el consecuente desabasto persistente de medicamentos.
Los de Hacienda no reportan con detalle a qué área corresponde dicho subejercicio pues esas precisiones se tienen hasta el año completo ejercido, es decir en el reporte anual, y por tanto no es factible hoy comprobar oficialmente en qué rubro está registrándose tal tamaño de rezago en el gasto.
Pero el diputado Éctor Jaime Ramírez Barba, quien sí entiende con toda nitidez el presupuesto, hizo su análisis y logró ubicar que ese rezago en el gasto solamente puede corresponder a la clave U013 que es para Atención a la Salud y Medicamentos Gratuitos para la Población sin Seguridad Social Laboral. Es un renglón de gasto que antes correspondería al Seguro Popular, y por ende son recursos que ahora le tocan ejercer al Insabi, sobre todo para pago de personal y para compra de medicamentos. Y sí le creemos al doctor Ramírez Barba pues no sólo está doctorado en administración pública, sino que ha sido secretario de salud estatal en dos ocasiones y 3 veces legislador federal e incluso presidente de la Comisión de Salud, es decir, es de los pocos expertos y con verdadera experiencia vívida en materia presupuestal.
Con tal tamaño de subejercicio en el Insabi queda evidenciado, como dice el diputado Ramírez Barba, que para el Gobierno Federal no es una prioridad elevar la calidad de los servicios de salud ni ampliar la cobertura hacia toda la población.
Queda confirmado asimismo no sólo la continuidad del desabasto de medicamentos y demás insumos de salud que tanto lastima a la población sobretodo la de menos recursos, sino también el porqué de las quejas de las farmacéuticas que desde inicio de año han venido reclamando el rezago en pagos de parte de UNOPS e Insabi. Son más de 18,000 millones de pesos que se han quedado atorados en las arcas hacendarias simplemente por la ineptitud y falta de competencia en la estructura del Instituto que dirige Juan Ferrer. Fuente El Economista