La Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomendó a los países que experimentan una transmisión generalizada de COVID-19 que consideren seriamente la posibilidad de posponer o reducir las reuniones masivas, como las procesiones religiosas, los mercados navideños y los servicios en las iglesias.
“Este no es el momento de ser anfitrión de ninguna reunión multitudinaria”, destacó el doctor Jarbas Barbosa, subdirector de la Organización, durante un encuentro con los medios de comunicación donde se analizó la situación de la COVID-19 en el continente americano.
“Cada país, ciudad y comunidad debería basar las decisiones sobre la celebración de eventos públicos en los últimos datos disponibles – especialmente los datos que muestran dónde se está propagando el virus y si los sistemas de salud tienen suficiente capacidad para mantenerse al día con los casos”.
Añadió que “independientemente de la ubicación, los servicios religiosos deberían celebrarse de manera diferente este año. Deberían celebrarse al aire libre cuando sea posible o limitar su tamaño cuando no lo sea”, indicó.
Con relación a las personas que viajarán durante estas celebraciones dijo que las pruebas de COVID-19 son una herramienta importante para rastrear y combatir la propagación del virus, pero que hay que ser cautelosos para que las pruebas no nos den una falsa sensación de seguridad.
“Pueden pasar unos días antes de que una prueba diagnóstica detecte una infección por COVID-19, así que, si una prueba se hace demasiado pronto, una persona puede dar negativo mientras sigue estando infectada y contagiando a otros”, explicó.
Ante esta realidad, la Organización no recomienda depender de las pruebas de laboratorio para las personas que viajen.