Las empresas Fiat Chrysler y Peugeot anunciaron sus planes para fusionarse y crear una de las cuatro automotrices más grandes del mundo, lo suficientemente grande -dijeron- para afrontar “la nueva era de la movilidad”.
La fusión uniría a la italo-estadounidense Fiat Chrysler, que tiene una fuerte presencia en Norteamérica, donde obtiene al menos dos tercios de sus ingresos, y a la francesa Peugeot, la segunda automotriz más grande de Europa.
Sin embargo, las dos tienen poca fuerza en China, pese a la participación del accionista chino Dongfeng en Peugeot, y ahora trabajan para ponerse al día en la transición a motores eléctricos.
Las fabricantes indicaron que la fusión al 50 por ciento crearía sinergias por valor de 3 mil 700 millones de euros sin cerrar fábricas, algo que preocupaba a los sindicatos en Francia e Italia, donde las compañías tienen más presencia.
La nueva compañía tendría ingresos combinados de 170 mil millones de euros (188 mil 800 millones de dólares), un ingreso operativo de unos 11 mil millones de euros y una producción de 8.7 millones de vehículos al año, por detrás de Toyota, Volkswagen y la alianza Renault-Nissan. La capitalización combinada de las dos empresas en bolsa rondaría los 50 mil millones de dólares.
Una vez completada la fusión, el director general de Peugeot, Carlos Tavares, sería el director general de la firma, mientras que el presidente de Fiat Chrysler, John Elkann, asumiría la presidencia. Las empresas expusieron que la nueva automotriz podrá afrontar “con rapidez y gran eficiencia” los desafíos de la electrificación de motores, conectividad y conducción autónoma.
También podrá compartir costos de desarrollo en esas tecnologías gracias a su “sólida investigación y desarrollo global”, añadieron. Además, esperan ahorrar en inversiones en plataformas de vehículos y aprovechando una mayor capacidad de compra.
La decisión se aprobó cinco meses después de que fracasara un acuerdo similar con la automotriz francesa Renault, debido principalmente a las reservas del gobierno francés sobre el papel de la japonesa Nissan, socia de Renault. No había indicios de resistencia al nuevo acuerdo, más allá de las preocupaciones sobre empleos. El ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, dijo en un comunicado que “recibe de forma favorable” la propuesta de fusión.