Elvis Costello, Patti Smith y Mavis Staples serán algunos de los invitados de honor que se esperan en Tulsa, Oklahoma, este fin de semana para la inauguración del Bob Dylan Center, el museo y archivo que celebra la obra del premio nobel de literatura en 2016.
El propio Dylan no estará entre ellos, a menos que sorprenda a todos. Dylan tiene una invitación abierta para acudir en cualquier momento, aunque su ausencia calza perfectamente con su personaje, dijo Steven Jenkins, director del centro.
Curiosamente, Dylan estuvo en Tulsa hace tres semanas para una fecha de su gira de conciertos, justamente entre los shows de Oklahoma City y Little Rock.
No quiero poner palabras en su boca», dijo Jenkins. «Solo puedo tratar de entender sus razones. Quizá le resulte vergonzoso”, añadió.
Es ciertamente inusual que una figura viva (Dylan cumplirá 81 años el 24 de mayo) tenga un museo dedicado a él, pero todo se debe al impacto sobre la música popular desde su aparición a principios de la década de 1960. Sigue trabajando, actuando sobre el escenario en un espectáculo dedicado principalmente a su material más reciente.
Y sigue superando los límites: «Murder Most Foul”, la reflexión de casi 17 minutos sobre el asesinato de Kennedy y su carácter de celebridad, es tan impresionante como «Like a Rolling Stone” de hace casi medio siglo, incluso aunque Dylan ya no esté en el ojo de la cultura popular.
Un espacio dinámico
El centro ofrece una experiencia cinematográfica inmersiva, un espacio de actuación, un estudio donde los visitantes pueden jugar a ser productores y «mezclar» diferentes elementos de las canciones de Dylan y una visita guiada para hacer un viaje musical a través de las etapas de su carrera.
El archivo cuenta con más de 100.000 piezas, muchas de ellas accesibles solo con cita previa.
Los creadores del museo dijeron que querían crear una experiencia tanto para para los visitantes ocasionales que no conozcan mucho de la obra de Dylan, como para los fanáticos de su obra, dijo el diseñador Alan Maskin, de la empresa Olson Kundig.
El museo busca celebrar el proceso creativo en general, y en la apertura tendrá una exposición de la obra del fotógrafo Jerry Schatzberg, cuya imagen de Dylan de 1965 está estampada en la fachada del edificio de tres pisos.
Dado que Dylan sigue creando, «vamos a seguir jugando a ponernos al día con él”, dijo Jenkins.
Pero la pregunta que surge es: ¿Cómo una figura que nació y creció en Minnesota, alcanzó la edad musical en Nueva York y que ahora vive en California puede tener un museo en Oklahoma dedicado a su obra?
«Nunca ha parecido ser un tipo nostálgico, pero Dylan ha reconocido que su obra podía tener interés y valor histórico”, dijo Jenkins. Junto con su equipo, apartó cajas llenas de artefactos incluyendo fotos, grabaciones raras y letras escritas a mano que muestran cómo sus canciones pasaron por revisiones y reescrituras.
Con el uso de esas letras, dos de las primeras exposiciones se centrarán en cómo tomaron forma las canciones «Jokerman» y «Tangled Up in Blue”. Esta última con una letra tan dinámica que Dylan seguía cambiando versos después de su lanzamiento.
Dylan vendió su archivo en 2016 a la George Kaiser Family Foundation, con sede en Tulsa, que también gestiona el Woody Guthrie Center, un museo que celebra a uno de los héroes musicales de Dylan y que está a solo unos pasos del nuevo Bob Dylan Center.
«Creo que va a ser una verdadera atracción turística para Tulsa por todas las razones correctas», dijo el alcalde de Tulsa, G. T. Bynum. «Este es uno de los grandes músicos de la historia de la humanidad y todos el que quiera estudiar su carrera y ver la evolución de su talento se verá se sentirá atraído por él», indicó. Con información de The Washington Post)