En todo el mundo, desde Australia a las Antillas francesas, pasando por ciudades europeas, decenas de miles de personas mostraron su indignación ante las medidas sanitarias que los gobiernos reinstauran para intentar frenar una nueva embestida de la pandemia de coronavirus.
En Australia, unas 10.000 personas se manifestaron en Sídney en rechazo a la vacunación contra el COVID-19, que solo se exige en algunos estados y territorios para determinados grupos profesionales. En el país, cerca del 85% de la población mayor de 16 años está totalmente vacunada.
En Melbourne también protestaron miles de personas y cerca de 2.000 acudieron a una contramanifestación, una de las primeras de este tipo desde que comenzó la pandemia, pero a diferencia de lo ocurrido el viernes en Holanda y las Antillas francesas, las protestas fueron pacíficas.
En Austria, el gobierno anunció que confinará de nuevo a la población a partir del lunes y que la vacunación anticovid se tornará obligatoria en febrero. El partido de extrema derecha FPÖ organizó una manifestación en Viena el sábado, para la cual convocó a miles de personas.
En Róterdam, suroeste de Holanda, una manifestación terminó en graves disturbios el viernes. Durante la protesta se lanzaron fuegos artificiales que provocaron incendios, mientras decenas de personas fueron detenidas y siete resultaron heridas, incluyendo policías, según las fuerzas de seguridad.
El primer ministro holandés, Mark Rutte, había anunciado un nuevo confinamiento parcial junto con una serie de renovadas restricciones sanitarias. Los planes del gobierno incluyen restringir el acceso de personas sin vacunar a algunos lugares. El viernes, el país registró más de 21.000 nuevos contagios.
Del otro lado del Atlántico, un grupo de sindicatos y de organizaciones ciudadanas se moviliza desde hace cuatro días contra el pase sanitario y la vacunación obligatoria del personal sanitario en Guadalupe, una de las dos principales islas de las Antillas francesas.
En la ciudad de Pointe-à-Pitre, que cuenta con muchas casas de madera, cuatro edificios se incendiaron, mientras en las carreteras, algunos manifestantes se enfrentaron a pedradas con la policía.
Mientras, unos 1.000 daneses marcharon la noche del sábado en el centro de Copenhague para protestar contra el regreso del pasaporte sanitario. El movimiento radical de los «Men in Black», que se revindica antisistema, organizaba su primera manifestación desde el restablecimiento parcial del «coronapase» la semana pasada, dos meses después del levantamiento completo de las restricciones.
Asimismo, en Estocolmo, una pequeña manifestación de 200 a 300 personas se congregó para protestar contra la instauración de la obligación de mostrar pruebas de vacunas para toda reunión interior de menos de 100 personas, según imágenes difundidas en línea por los participantes. Con información de DW