El Mundial Qatar 2022 se llevará a cabo en el mes de noviembre. Se trata del torneo que paraliza al planeta y que hace que solo se hable de fútbol durante un mes en todos los rincones de cada uno de los países participantes. El certamen estuvo envuelto por muchas dudas, pero, tras mucha polémica, Qatar será el país anfitrión. Será la primera edición de la Copa del Mundo que se realice en el otoño correspondiente al hemisferio norte. El balón comenzará a rodar el domingo 20 de noviembre de 2022 y terminará el domingo 18 de diciembre de 2022.
Es imposible determinar con exactitud el costo del Mundial de Fútbol de Qatar, pero resulta casi seguro que será el más caro de todos los torneos mundialistas jugados desde 1930. De acuerdo con diversos expertos e informes, el costo de Qatar 2022 excederá los 200.000 millones de dólares. Hasta ahora, los Mundiales más caros han sido el de Brasil, de 2014, y el de Rusia, de 2018. Ambos costaron menos de 15.000 millones.
Dan Plumley, especialista en finanzas deportivas de la Universidad Sheffield Hallam, dice que «algunas estimaciones recientes indican que podrían superarse los 200.000 millones de dólares”. También la consultora Estadounidense Front Office Sports ha estimado un costo de 200.000 millones, mientras que Hassan Al Thawadi, jefe del organismo encargado de organizar el torneo, indicó que el gasto de infraestructura excederá los 200.000 millones de dólares.
Qatar National Vision 2030
El motivo de la falta de certeza radica en que la gran mayoría de los millones gastados por el gobierno de Qatar fueron destinados a infraestructura no futbolística, como el nuevo sistema de metro, un aeropuerto internacional, nuevas carreteras, cerca de 100 nuevos hoteles e instalaciones para el tiempo de ocio.
Muchas de esas inversiones son parte de un proyecto más amplio, conocido como Qatar National Vision 2030. «El Mundial actuó como un catalizador, en términos de que el gobierno de Qatar quería abordar los problemas de infraestructura del país”, dijo a DW Kieran Maguire, especialista en finanzas futbolísticas de la Universidad de Liverpool.
Se trata de una gran apuesta, que al final resultará deficitaria, según Plumley. Pero eso no preocupa a Doha, debido a su gran riqueza de gas. Las principales ganancias que busca Qatar no son comerciales, explica. «Las relaciones internacionales son la principal motivación”, dice, acotando que «el dinero no es un problema para Qatar. Está claro que el país puede permitirse organizar un Mundial y está dispuesto a absorber las pérdidas que conlleva… En muchos sentidos, el Mundial de 2022 es una anomalía financiera».
Legado dudoso
Aunque se trate de una anomalía financiera, Qatar 2022 sigue lidiando con la idea de que el torneo debe dejar una huella significativa para la sociedad del país, que justifique el derroche financiero.
En el caso de Qatar, hay serias dudas al respecto. Una de las más obvias tiene que ver con los estadios. De los ocho que serán sedes mundialistas, siete fueron construidos para la ocasión. El gobierno cifra su costo de construcción en 6.500 millones de dólares. Una vez que termine el torneo, el país, de 2,8 millones de habitantes, no necesitará tantos estadios grandes. Tres de ellos seguirán siendo usados para juegos, pero los cinco restantes serán desmantelados o serán utilizados para otros propósitos.
El costo real: vidas de trabajadores migrantes
El tema de los costos, sin embargo, se ve eclipsado por las múltiples críticas de grupos de derechos humanos al trato que se ha dado en Qatar a los trabajadores extranjeros.
En 2016, Amnistía Internacional acusó a Qatar de utilizar trabajadores forzados en su emblemático Estadio Internacional Khalifa. En febrero de 2021, el periódico The Guardian informó de que 6.500 trabajadores migrantes de India, Pakistán, Nepal, Bangladesh y Sri Lanka habían muerto en el país entre 2010 y 2020. Los expertos en derechos humanos afirman que muchos de ellos se encontraban en el país específicamente a causa de la Copa del Mundo. Qatar ha llevado a cabo algunas modestas reformas laborales pero, según Amnistía Internacional, todavía hay grandes problemas.