La empresa farmacéutica estadounidense Merck, que opera en el resto del mundo como Merck Sharp & Dohme o MSD, anunció que su tratamiento oral contra el COVID-19 ha reducido en alrededor del 50 por ciento el riesgo de hospitalización o muerte, según los resultados de un estudio clínico. Por ello, solicitará al regulador de medicamentos de Estados Unidos, la FDA, su aprobación para la comercialización de la píldora.
De ser autorizado, este fármaco -que fue probado en personas que no estaban vacunadas- sería el primer producto de este tipo en el mercado para tratar la enfermedad, lo cual, después de las vacunas, representaría un gran avance en la lucha contra la pandemia. El medicamento se llama Molnupiravir y fue desarrollado en un trabajo conjunto con Ridgeback Biotherapeutics.
El estudio que sustenta el optimismo de la farmacéutica se llevó a cabo en 775 personas con casos leves a moderados de COVID-19 y al menos un factor de riesgo agravante, quienes tomaron el tratamiento dentro de los cinco días posteriores a los primeros síntomas. La tasa de hospitalización o muerte en los pacientes que recibieron el fármaco fue del 7,3 por ciento, en comparación con el 14,1 por ciento de los que recibieron un placebo. No se observaron muertes en personas tratadas con Molnupiravir, en comparación con ocho en el segundo grupo.
Ya empezó la producción
«Con estos resultados convincentes, somos optimistas de que el Molnupiravir puede convertirse en un medicamento importante en el esfuerzo mundial para combatir la pandemia», dijo Robert Davis, director ejecutivo y presidente de Merck. Pero distintos expertos advirtieron que les gustaría ver los datos subyacentes completos y enfatizaron que, si finalmente se aprueba, el medicamento debería complementar las vacunas altamente efectivas, en lugar de tomarse en vez de la inmunización.
«El Molnupiravir parecía prometedor en el laboratorio, pero la prueba real era ver si tenía algún beneficio en los pacientes. Muchos medicamentos fallan en este punto, por lo que estos resultados provisionales son muy alentadores», dice un informe citado por el organismo británico Science Media Center. Los antivirales actúan evitando que el virus se replique. Su aplicación puede ser doble: tanto para permitir que las personas que ya padecen la enfermedad no presenten síntomas graves, como para que aquellas que han estado en contacto cercano con la enfermedad no la desarrollen.
«Se necesitan de urgencia más herramientas y tratamientos para combatir la pandemia, que se ha convertido en la causa principal de muertes y continúa afectando profundamente a pacientes, familias y sociedades», indicó Davis. Merck ya comenzó la producción a gran escala del fármaco y planea fabricar las dosis necesarias para 10 millones de tratamientos antes de fin de año. Con información de la DW y EFE