Por un estrecho margen, el Senado de Argentina rechazó la madrugada de este jueves un proyecto de ley para despenalizar y legalizar el aborto, lo que representó un revés al movimiento popular que llevó la discusión de los derechos reproductivos a la agenda legislativa y movilizó a grupos de mujeres en toda América Latina. Esta ley permitiría a las mujeres interrumpir el embarazo en las primeras 14 semanas de gestación; 38 senadores votaron en contra, 31 a favor y hubo 2 abstenciones.
El pasado 13 de junio, la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de Ley para Legalizar la Interrupción Voluntaria del Embarazo permitida en casos de violación, en donde esté en riesgo la salud y la vida de la mujer, y si el feto presenta alguna enfermedad incurable. La ley debía ser ratificada o rechazada por el Senado, pero en el camino entre ambas Cámaras, la discusión quedó marcada por las presiones de las iglesias católicas y evangélicas.
Los senadores rechazaron casi a las tres de la mañana del jueves esta ley “porque creen en Dios y son católicos”, y consideran que “hay vida desde la concepción” y “el feto tiene alma”; o por considerar que el proyecto viola la Constitución y tratados internacionales, lo que ha sido desmentido incluso por Naciones Unidas.