El ADN más antiguo del mundo, de más de un millón de años, fue recuperado en los dientes de mamuts enterrados en el permafrost en Siberia, reveló un estudio publicado esta semana. Los análisis en tres especímenes de mamut arrojan luz sobre la Edad de Hielo, cuando reinaban los grandes mamíferos, y sobre la herencia del mamut lanudo, cuyos últimos ejemplares desaparecieron hace 4.000 años en la isla de Wrangel, frente a las costas de Siberia.
Los genomas descifrados superan con creces el ADN más antiguo secuenciado hasta ahora, el de un caballo de entre 500.000 y 700.000 años de antigüedad.
En este caso, el ADN “es increíblemente viejo. Las muestras son mil veces más antiguas que las de los restos de vikingos, e incluso anteriores a la existencia de hombres modernos y de neandertales”, explica entusiasmado el profesor Love Dalen, del Centro de Paleontología de Estocolmo, que supervisó el estudio publicado en la revista Nature.
Los fósiles fueron descubiertos en los años 1970 en Siberia, en el permafrost, y conservados en la Academia de Ciencias, en Moscú.
Los investigadores consiguieron fechar los dientes (molares) comparándolos con los de otras especies, como los pequeños roedores, también hallados en las mismas capas sedimentarias.
Las primeras comparaciones sugirieron que dos grandes mamíferos eran mamuts de las estepas, de hace más de un millón de años. El más “joven” de los tres ejemplares, de unos 800.000 años, era el mamut lanudo de más antigüedad jamás descubierto.