La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que se avecina otro reto en el esfuerzo por vacunar al planeta: la escasez de jeringas.
Podría haber un déficit de entre 1.000 y 2.000 millones de jeringuillas el próximo año, dijo Lisa Hedman, especialista de la OMS.
«Estamos planteando la preocupación real de que podríamos tener una escasez de jeringas de inmunización, lo que a su vez provocaría graves problemas, como la ralentización de los esfuerzos de inmunización», dijo a los periodistas.
«Dependiendo de cómo vaya la captación de vacunas, podría ser un déficit de entre mil y dos mil millones».
Hedman dijo que una consecuencia grave de la escasez podría ser el retraso en las vacunaciones rutinarias, lo que podría tener un impacto en la salud pública «durante años» si una generación de jóvenes se queda sin las vacunas normales de la infancia.
Países más pobres, lo más afectados
Los países más pobres, que suelen hacer pedidos pequeños y por tanto no tienen prioridad con los fabricantes, podrían verse especialmente afectados. La OMS pide a los países que planifiquen con antelación y hagan pedidos en grandes cantidades, si es posible, y que tengan en cuenta que a menudo es necesario un plazo de seis meses para los fabricantes.
En un año normal, se administran 16.000 millones de inyecciones en todo el mundo, según estimaciones de la OMS.
Antes de la pandemia, las vacunas representaban entre el 5 % y el 10 % de esa cifra, es decir, hasta 1.600 millones. Pero ahora se han administrado 6.800 millones de dosis adicionales de la vacuna COVID-19 en todo el mundo, lo que ha aumentado enormemente la demanda de jeringas, según las estimaciones de la OMS.
Las jeringas para la vacunación difieren de las destinadas a otros fines. Suelen tener un mecanismo que garantiza que solo se usen una vez. Según estimaciones de la OMS, los fabricantes pueden producir unos 6.000 millones de esas jeringuillas al año. Los mayores países exportadores son India y China, según la OMS. La demanda del próximo año podría ser de cuatro a siete veces superior a la media de la demanda prepandémica.
Si no hay suficientes jeringas para vacunas, es posible que haya que renunciar a las inyecciones rutinarias, como las del sarampión, las paperas y la rubeola, dijo Hedman. Con información de DW