El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, acusó a un grupo de piratas informáticos con sede en Rusia del ciberataque que obligó al cierre de operaciones de una de las mayores redes de oleoductos del país.
Biden dijo que por el momento no hay pruebas de que el gobierno ruso de Vladimir Putin esté implicado en el ataque reportado el 7 de mayo, pero afirmó que hay indicios de que el programa malicioso utilizado se encontraba en territorio ruso.
«Hasta ahora no hay evidencia, de parte de nuestro personal de inteligencia, de que Rusia esté involucrada, aunque hay evidencia de que los actores, el ‘ransomware’, está en Rusia. Tienen cierta responsabilidad», dijo el presidente.
El Buró Federal de Investigaciones (FBI) identificó a DarkSide como el grupo que desarrolló el ‘ransomware’, esto es, el programa que aprovecha fallas de seguridad para cifrar los sistemas informáticos y exigir un pago a cambio de desbloquearlos.
«El FBI confirma que el ‘ransomware’ de DarkSide es responsable de comprometer las redes de Colonial Pipeline», dijo en un comunicado.
Colonial Pipeline, el mayor operador de oleoductos de productos refinados de Estados Unidos, que transporta casi el 45% de los combustibles consumidos en la costa este del país, informó que empezó la reapertura «por etapas» del servicio.
La empresa con sede en el estado de Georgia envía combustible desde la costa del Golfo de Texas a la costa este estadounidense a través de 8.850 kilómetros de oleoductos, atendiendo a 50 millones de consumidores.
En la Casa Blanca, la asesora adjunta de Seguridad Interior de Biden, Elizabeth Sherwood-Randall, aseguró en rueda de prensa que «no hay escasez de suministros».
Una declaración de emergencia emitida el domingo 09 de mayo por el gobierno de Biden permitió el transporte de combustible por carretera a los estados afectados. Con información de AFP, EFE y DW