La Guardia Nacional disolvió una caravana de 2,000 migrantes, entre centroamericanos, caribeños y africanos, que partió de Tapachula, Chiapas, y buscaba llegar a la Ciudad de México para exigir apoyo al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Se trata del primer movimiento masivo de viajeros indocumentados, desde que el gobierno mexicano desplegó en junio un gran operativo de seguridad para contenerlos, tras fuertes presiones del presidente de Estados Unidos Donald Trump quién pidió que se detuvieran en México tras amagar con la imposición de aranceles a productos nacionales.
Este fin de semana agentes de la Guardia Nacional y la Policía Federal se apostaron sobre la carretera costera de Chiapas, unos 9 km antes de llegar a la ciudad de Huixtla, para contener el paso de hombres, mujeres y niños procedentes de Honduras, El Salvador, Cuba, Haití y países africanos, dijo Irineo Mújica, de la organización Pueblo Sin Fronteras.
Los agentes rodearon al contingente, forzando a los indocumentados a correr a los lados de la carretera e internarse en la maleza, pero fueron perseguidos por los uniformados. La caravana apenas había caminado unos 20 kilómetros cuando los sorprendió un aguacero, por lo que algunos viajeros, agotados por la caminata y la lluvia, se entregaron y fueron subidos a autobuses para ser trasladados de regreso a Tapachula. «La caravana fue desmantelada», dijo Mújica.
El contingente había salido al amanecer de este sábado 12 de octubre, desde el Parque Central de Tapachula y planeaba dirigirse a Tijuana, fronteriza con Estados Unidos. El activista Luis García Villagrán, uno de los organizadores, y parte del grupo de migrantes dijeron que seguirán buscando dialogar con el presidente López Obrador para pedirle soluciones para miles de personas que llevan meses varadas en la frontera sur, debido a la estrategia de seguridad de su gobierno.