De acuerdo con un estudio realizado por un equipo de investigadores que fue publicado en la revista de la Unión Europea de Geociencias, The Cryosphere; la capa de hielo de Groenlandia ha perdido 600.000 millones de toneladas en 2019 y unos patrones excepcionales de circulación atmosférica han intensificado esta pérdida, por lo que, de continuar con estas condiciones, las proyecciones que se tenían hasta el momento con respecto al incremento del nivel del mar, podrían tener un margen de error de más del 50%.
Existen actualmente modelos climáticos que proyectan el derretimiento futuro de la capa de hielo de Groenlandia, los cuales no toman en cuenta los patrones atmosféricos que se están presentando en estos momentos, por lo que estas proyecciones pueden estar subestimando el derretimiento futuro en aproximadamente la mitad.
En 2012 se registró el mayor derretimiento de la historia, provocado por las altas temperaturas que se vivieron ese año; en segundo lugar se encuentra el derretimiento de 2019, pero las condiciones son diferentes, ya que a pesar de que la cantidad en toneladas fue similar, en 2012 el clima fue mucho más elevado que en 2019; entonces, la pregunta que surge es ¿por qué en 2019 se derritió una cantidad parecida a la de 2012 si la temperatura no era la misma? Y la respuesta se basa en lo publicado por el estudio: la pérdida de hielo superficial, que establece un récord, se relaciona con condiciones de alta presión (llamadas condiciones anticiclónicas) que prevalecieron sobre Groenlandia durante períodos de tiempo inusualmente largos en 2019.
Las condiciones de alta presión inhibieron la formación de nubes en la parte sur de Groenlandia. Los cielos despejados resultantes dejaron entrar más luz solar para derretir la superficie de la capa de hielo. Y con menos nubes, había alrededor de 50 mil millones de toneladas menos de nevadas de lo habitual para agregar a la masa de la capa de hielo. La falta de nevadas también dejó hielo oscuro y desnudo expuesto en algunos lugares, y debido a que el hielo no refleja tanta luz solar como la nieve fresca, absorbió más calor y aceleró el derretimiento y el escurrimiento.
Los autores de este estudio también alertan que estas condiciones atmosféricas son cada vez más frecuentes en las últimas décadas. “Es muy probable que esto se deba a la ondulación de la corriente en chorro, que creemos que está relacionada, entre otras cosas, con la desaparición de la capa de nieve en Siberia, la desaparición del hielo marino y la diferencia en la velocidad a la que la temperatura está aumentando en el Ártico frente a las latitudes medias” explica Marco Tedesco, uno de los autores. En otras palabras, la crisis climática puede hacer que las condiciones atmosféricas de alta presión sean más comunes en Groenlandia en el futuro.
La capa de hielo de Groenlandia contiene suficiente agua congelada para aumentar hasta siete veces el nivel del mar, por lo que se hace aún más importante conocer el impacto de los cambios en la circulación atmosférica, para poder proyectar la cantidad de agua que estará inundando los océanos en el futuro.