La evolución de los gatos ha sido un viaje fascinante que ha llevado a estos animales de la naturaleza a convertirse en los compañeros más adorables de los humanos. En un futuro no muy lejano, es posible que estos felinos sufran transformaciones que podrían sorprendernos. Pero ¿Estamos preparados para ver cambios en nuestros adorables compañeros?

En los últimos 10,000 años, los gatos han acompañado a los humanos en sus viajes por todo el planeta, pero su historia evolutiva se extiende mucho más atrás. Antes de la intervención humana, los felinos ya habían evolucionado durante unos 37 millones de años. ¿Cómo han cambiado desde que están con nosotros?

Un grupo de arqueólogos comparó hace años pieles de gatos de la época vikinga con los cuerpos de los mínimos actuales, encontró que las especies del siglo XXI eran un 16 % más grandes, según cita Carrie Arnold, periodista de National Geographic y autora de Secret Life of Cats.

Este hallazgo es inusual, dado que la domesticación, en general, tiende a reducir el tamaño de los animales. Los perros, por ejemplo, son un 25% más pequeños que los lobos (sus ancestros), al igual que el ganado vacuno, las ovejas y las cabras, que también son de menor tamaño en comparación con sus parientes salvajes. Sin embargo, la evolución de los gatos han desafiado esta norma.

El crecimiento no solo se debe a la abundancia de comida diseñada para ellos y disponible en nuestras casas. En Australia, los científicos han documentado un aumento en el tamaño de los gatos callejeros y asilvestrados. Esto sugiere que, en el futuro, los gatos podrían seguir creciendo, alcanzando dimensiones aún más sorprendentes.

Felinos más adorables y amigables

Además de su tamaño, su comportamiento social también está en evolución. El contacto constante con los humanos también ha favorecido a los gatos más sociables, quienes han transmitido estos rasgos a sus crías. Cuando los científicos compararon las personalidades de los gatos domésticos con las de grandes felinos, descubrieron que nuestros felinos no eran naturalmente aptos para la vida en grupo, ya que tendían a ser dominantes y neuróticos.

Sin embargo, los gatos domésticos mostraron similitudes con los leones africanos, que han aprendido a vivir en grupos. Este comportamiento sugiere que, en el futuro, podríamos ver felinos más sociables y adorables, adaptándose mejor a la vida en nuestras comunidades.

Con información de National Geographic

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