En España el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ganó este domingo la repetición de unas elecciones generales pero que con los resultados obtenidos, todavía no se ve una opción de gobierno clara, la sorpresa es que el partido de extrema derecha Vox se consolida como la tercera fuerza política en ese país.
Los resultados electorales revelan que el PSOE perdió tres escaños y Vox se consolida como tercer fuerza política en segunda vuelta electoral, esto con más del 99 por ciento del escrutinio completado. Así la candidatura del presidente interino, Pedro Sánchez, llevaba 122 escaños, uno menos que en las elecciones del 28 de abril. Entonces, aunque también fue la más votada, no logró concretar una coalición de gobierno con su socio natural, la formación a Unidas Podemos, que ahora tendría 32 escaños, de los 42 anteriores.
En la derecha, la principal agrupación de la oposición, el Partido Popular, se recuperó de la debacle sufrida en abril y obtendría 80 representantes. Ninguno de los dos partidos mayoritarios y sus aliados tradicionales sumarían los 176 escaños que dan la mayoría absoluta en la cámara baja.
“La política española es ahora cada vez más complicada, y cualquier fórmula de gobierno va a requerir muchas negociaciones y que la gente esté abierta a las críticas”, dijo Bonnie Field, profesora de estudios globales en la Universidad de Bentley en California.
“No se trata sólo de la polarización entre izquierda y derecha, sino que es más importante la polarización provocada por las políticas territoriales y de identidad”, agregó.
El gran vencedor de la noche fue Vox, el partido más de derecha en el arco parlamentario español, que apenas siete meses después de su entrada en el Congreso de los Diputados se presenta como la tercera fuerza más votada con 46 escaños, casi el doble de los 24 en abril. El partido hizo campaña con la promesa de adoptar una estrategia dura tanto frente al movimiento independentista en Cataluña como para contener la inmigración.
«No daremos un paso atrás y defenderemos en las cortes todo lo que hemos defendido en este año de campañas electorales”, afirmó el líder de la formación de ultraderecha, Santiago Abascal, en un discurso interrumpido varias veces por los vítores de “Viva España” y “A por ellos” o “España unida, jamás será vencida” de sus seguidores.
“Hoy se ha consolidado una alternativa patriótica y social que demanda unidad nacional y la restauración del orden constitucional en Cataluña”, agregó. El tropiezo más notable fue el del partido de centroderecha Ciudadanos, que pasó de ser la tercera fuerza con 57 diputados a la sexta, con apenas diez.
Los comicios se llevan a cabo apenas un mes después de que un tribunal dictó penas de prisión para nueve políticos y activistas que lideraron una campaña secesionista en 2017. Las sentencias desataron multitudinarias protestas diarias, en las que hubo más de 500 heridos, casi la mitad de ellos policías, y docenas de detenidos.
La principal formación de la región nororiental en el parlamento nacional volvería a ser Esquerra Republicana que, aunque perdió dos escaños, se convertiría en el quinto partido en representación parlamentaria con 13.
Los otros representantes del movimiento secesionista, Junts Per Catalunya, la formación del expresidente catalán Carles Puigdemont, y la Candidatura de Unión Popular (CUP), que se estrenaba en unas elecciones nacionales, tendrán 8 y 2 representantes, respectivamente.
Una de las novedades más sorprendentes sería la entrada del movimiento ciudadano ¡Teruel Existe! con un representante. El grupo de electores busca llamar la atención sobre la España que se vacía, el fenómeno que refleja el despoblamiento de las zonas rurales del país. Los 37 millones de españoles con derecho a voto eligieron a los 350 diputados de la cámara baja y a 208 senadores. Con Información del El Financiero.