Un hallazgo raro e inusual se llevó a cabo en la playa del Parque Nacional Padre Island National Seashore en Texas. Hunter Lane, un niño de siete años, encontró un Dragón Azul o Glaucus Atlanticus, un tipo de babosa marina que tiene una picadura muy peligrosa.
Al reportar el hallazgo a las autoridades del parque, los biólogos explicaron que, después de tragar a sus presas, el Dragón Azul no digiere las células urticantes de las medusas, sino que las almacena en el intestino y las envía desde allí hacia sus plumas, o “dedos”, para poder utilizarlas en el futuro y protegerse así de posibles ataques.
Si bien, su nombre no hace referencia ni al tamaño ni al fuego de los míticos dragones, el Glaucus Atlanticus, que solo crece entre tres y cuatro centímetros, tiene una técnica defensiva implacable, gracias a las pequeñas medusas azules que come; a pesar de ser muy pequeños, tienen una defensa digna del nombre dragón.
“Son depredadores de la medusa azul. Después de comer, mueven las células punzantes de la medusa hasta el final de sus “dedos”. Como pueden concentrar las células urticantes juntas, ¡su picadura puede ser más dolorosa que la de una medusa! Entonces, si ves un dragón en el parque, sorpréndete porque es un hallazgo raro, pero también mantén la distancia”, advirtieron a través de su página de Facebook las autoridades del parque.
Aún no está claro por qué la especie arribó a la costa de Texas, ya que su presencia es inédita; esta especie prefiere aguas templadas y tropicales, y comúnmente habita en el Océano Atlántico, Pacífico e Índico. Según afirmó a la CNN Jamie Kennedy, una portavoz del parque, durante sus dos años trabajando allí nunca había sabido de la presencia de ningún ejemplar en la Isla del Padre. En su opinión, podría tratarse de un grupo de dragones azules que se está acercando a la orilla.