Y aunque finalmente despegó, el cohete Starship explotó tras despegar en la primera prueba del proyecto más ambicioso de SpaceX. Su vuelo duró menos de lo esperado pautado porque los impulsores del aparato no se desprendieron del vehículo y la misión no arrojó los resultados esperados.
La Agencia SpaceX -propiedad de Elon Musk– publicó un mensaje en Twitter tras el lanzamiento, en el que expuso que “Starship experimentó un rápido desmontaje no programado antes de la separación de la etapa. os equipos continuarán revisando los datos y trabajando para nuestra próxima prueba de vuelo”.
La primera señal de que el cohete no se estaba comportando, como se esperaba se ha observado medio minuto antes en la retransmisión ofrecida por SpaceX, cuando el módulo superior del cohete no se ha separado del módulo inferior como debía.
Unos segundos antes, en una imagen en que se ha podido apreciar la parte inferior del cohete durante el ascenso, se vio que al menos cinco de sus 33 motores no se habían encendido.
Diseñado para poder enviar astronautas a Marte en un futuro, el Starship está destinado a consolidar el liderazgo de SpaceX en el mercado de lanzamientos a la órbita terrestre y a tener un papel importante en las misiones tripuladas a la Luna a partir de 2025.
Teams will continue to review data and work toward our next flight test
— SpaceX (@SpaceX) April 20, 2023
Pese a la explosión en el lanzamiento de hoy, la compañía investigará las causas del fallo y espera solucionarlas para continuar el desarrollo de un cohete en el que empezó a trabajar hace aproximadamente una década.
«Hemos aprendido mucho para el próximo vuelo de prueba dentro de unos meses», ha tuiteado Elon Musk, fundador y presidente ejecutivo de SpaceX, minutos después de la explosión del cohete.
Los fallos en el primer lanzamiento de un nuevo cohete no son raros en el sector espacial, ya que las condiciones a las que se ve sometido el aparato durante el ascenso no se pueden simular en computadoras.
El Starship está formado por dos grandes módulos. La parte inferior, llamada Super Heavy, es un cilindro plateado de 69 metros de altura, que propulsa el cohete durante los primeros ocho minutos después del despegue con 33 motores Raptor desarrollados por SpaceX.
La parte superior, llamada Starship como el conjunto del cohete, es al mismo tiempo un cohete y una nave espacial. Con una altura de 50 metros, dispone de un gran tanque de combustible y de seis motores Raptor, así como de un enorme compartimento para transportar cargas al espacio. Según Elon Musk, fundador ejecutivo de SpaceX, tiene un volumen suficiente para una tripulación de más de cien personas.
Ambos módulos están diseñados para ser recuperados y reutilizados después de cada misión. En el lanzamiento de hoy, después de la explosión no se van a recuperar. El Super Heavy regresará en dirección a la base de lanzamiento pero se hundirá en el Golfo de México frente a la costa de Texas. El módulo Starship se hundirá en el Pacífico al norte de Hawai.