El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) aseguró que la gasolina con plomo ya no se usa en ningún país del mundo, lo que la entidad considera un «hito” que permitirá evitar 1,2 millones de muertes prematuras al año y ahorrar más de 2,4 billones de dólares.
Casi un siglo después de que las autoridades sanitarias comenzaran a alertar sobre los efectos tóxicos de la gasolina con plomo, Argelia, el último país que seguía usando este carburante, agotó sus reservas el pasado mes, declaró el PNUMA. «El éxito en la campaña de prohibición de la gasolina con plomo es un hito para la salud en el mundo y para el medioambiente», declaró Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA, cuya sede se encuentra en Nairobi, capital de Kenia.
Desde 1922, el uso de plomo tetraetílico como aditivo de la gasolina para mejorar el rendimiento del motor ha sido una «catástrofe para el medioambiente y la salud pública», señaló el PNUMA. En la década de 1970, casi toda la gasolina producida en el mundo contenía plomo y, hace 20 años, cuando la ONU comenzó la campaña para eliminar el plomo, más de un centenar de países seguían usando ese combustible.
El PNUMA asegura que la erradicación de la gasolina con plomo también «aumentará el cociente intelectual de los niños, favorecerá la economía mundial y reducirá la tasa de criminalidad”. Sin embargo, el programa de Naciones Unidas recuerda que el uso de combustibles fósiles tiene que reducirse considerablemente para frenar los efectos del cambio climático, de cara al aumento exponencial de las ventas de vehículos, sobre todo en los países emergentes.
«Al superar un siglo de muertes y enfermedades que afectaron a cientos de millones (de personas) y degradaron el medioambiente en todo el mundo, estamos fortalecidos para cambiar la trayectoria de la humanidad para mejor a través de una transición acelerada hacia vehículos limpios y movilidad eléctrica», subrayó Andersen.
La gasolina con plomo causa, además, enfermedades cardíacas, apoplejías y cáncer, y también afecta el desarrollo del cerebro humano, con especial daño para los niños. Con información de EFE, AFP y DW