El Gobierno de México a través del Ejecutivo Federal decretó este jueves 03 de septiembre la exención de impuestos de importación para los vehículos eléctricos nuevos. «Con el fin de permitir la libre concurrencia y acceso a nuevas tecnologías limpias en materia de transporte, es importante facilitar el acceso de los consumidores a las mismas y, a su vez, contribuir a que la industria nacional observe las preferencias del consumidor respecto al consumo de estos vehículos automóviles sin distorsiones en el mercado, por un periodo de poco más de cuatro años y así, posteriormente, encaminar una industria nacional de este tipo de vehículos», refiere el documento publicado este día.
Las fracciones arancelarias a las que aplicará la exención son: vehículos automóviles eléctricos nuevos para el transporte de diez o más personas, vehículos automóviles eléctricos ligeros nuevos y vehículos automóviles eléctricos nuevos para el transporte de mercancías.
Previamente, las fracciones arancelarias no eran tan detalladas sobre las características de los vehículos, y se preveían aranceles de 15 a 20 por ciento. Con la reforma, los vehículos eléctricos usados sí pagarán impuesto de importación de 15 por ciento.
En México, solo se vendieron 305 vehículos eléctricos durante 2019, por lo que el decreto considera necesario estimular la demanda, para ayudar a que el País cumpla compromisos internacionales de reducción de emisiones derivadas de combustibles fósiles.
«La producción nacional de vehículos automóviles eléctricos es incipiente, y si bien algunas empresas fabricantes de vehículos automóviles ligeros instaladas en México ya han anunciado inversiones en líneas de producción de vehículos automóviles eléctricos, ésta podría incentivarse con el aumento en la demanda de los mismos», agrega.
La exención terminará el 30 de septiembre de 2024, último día del sexenio. Si no se prórroga este beneficio, los vehículos eléctricos nuevos pagarían otra vez entre 15 y 20 por ciento de arancel.
Los autos eléctricos, al igual que los híbridos, están exentos de pagar el impuesto de tenencia en los estados donde se recauda, pero hasta ahora no han prosperado iniciativas para exentarlos también del pago de impuestos federales como el ISAN y el IVA.