El envejecimiento comienza a partir de los 25 años y este aún sigue siendo un misterio, señaló la científica Pura Muñoz-Cánoves, quien subrayó que la investigación es esencial para lograr fármacos que en ningún caso servirán para vivir eternamente, sino para envejecer mejor.
Originaria de Valencia, España y reconocida con el premio Fundación Lilly y Rey Jaime I, ha logrado cambiar la idea prevalente de que el envejecimiento solo ocurre de manera gradual: en la edad geriátrica se produce un declive agudo en la capacidad regenerativa y funcional de los tejidos y músculos.
El estudio elaborado por la científica Pura Muños-Cánoves para la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y el Centro Nacional de Investigadores Cardiovasculares de Madrid ha determinado que es a partir de los 25 años cuando comienza el envejecimiento, aunque este no ha dejado de ser un misterio para la ciencia.
En entrevista con la agencia EFE, Pura Muñoz-Cánoves, ganadora del premio Fundación Lilly y Rey Jaime I, asegura que la investigación representa una forma distinta de concebir la vejez, que solía pensarse como algo que ocurre solo de forma gradual.
La científica define el envejecimiento como la decadencia funcional de los tejidos y órganos de nuestro cuerpo, es decir, que cada vez funcionan de forma menos efectiva, por lo que el riesgo a sufrir enfermedades como diabetes, cáncer o problemas derivados del corazón aumenta.
Como bien dice Pura Muñoz-Cánoves, es a partir de los 25 años cuando comienzan a manifestarse los primeros signos de la vejez, los cuales son una pérdida gradual de la masa muscular.
Esto sucede porque nuestras células comienzan a dejar de funcionar de la manera en que lo hacían años atrás, en «plena edad reproductora». Cuando esta edad (25-30 años) pasa, el declive se acentúa, como si el cuerpo dejara de interesarse en mantenerse en forma para perpetuar la especie, señala la especialista.
Estos «fallos» en la funcionalidad de las células se acumulan a medida que pasa el tiempo. Cuando se es joven, los residuos de las células y nuestro organismo son desechados fácilmente (autofagia) y reemplazados por unos nuevos, pero esta tarea se dificulta después, dando lugar a una «toxicidad» que deja proteínas no funcionales a su suerte, algo que a su vez termina por causar mayor estrés intracelular.
Este proceso es gradual e irreversible. Y alrededor de los 80 años, se acelera aún más. Sin embargo, la especialista que no se da en todos de igual manera, sino que está determinado en gran medida por nuestros genes, así como a nuestros hábitos, alimentación, ejercicio e incluso educación. Estos factores son determinantes para que lleguemos a envejecer de forma más acentuada o no.
Pero a pesar de todo lo que arroja este estudio, la científica Pura Muñoz-Cánoves se mantiene firme en asegurar que las razones por las cuales se da el envejecimiento continúan siendo un misterio.
Ante la pregunta de por qué las mujeres suelen vivir más que los hombres, ella responde que las causas también se desconocen, aunque puede pensarse que tiene que ver con que las mujeres de décadas anteriores tenían costumbres un poco más saludables que los hombres, algo que ahora comienza a cambiar.
Factores como el tabaquismo y la mala alimentación se han equiparado entre ambos géneros, por lo que será preciso esperar a nuevos estudios para saber a ciencia cierta cuáles son estos cambios.