Los italianos defienden y en serio a sus empresas locales, la gastronomía no es excepción, menos a las empresas extranjeras que emulan su plato estrella: la pizza. El recelo ha llevado a la cadena estadounidense Domino’s Pizza a cerrar la última de sus 29 sucursales en el país, tan solo siete años después de haber aterrizado en Italia, al verse vencidos por una demanda local que sigue prefiriendo la preparación tradicional de la pizza.
En su incursión en Italia, Domino’s Pizza solicitó préstamos importantes para emprender su aventura de abrir 880 locales en la cuna de la pizza, pero su presencia en el país fue eclipsada por los restaurantes locales. Ni siquiera su opción de reparto a domicilio, que pretendía ser su valor agregado, le permitió diferenciarse de sus competidores más pequeños: durante la pandemia, los dueños de restaurantes de todos los tamaños expandieron su servicio de delivery; muchos de ellos aliándose con terceros como Deliveroo, Just Eat o Glovo, para hacer llegar sus platos a las mesas de sus clientes mientras permanecían las restricciones por el Covid-19.
Además, la cadena estadounidense, que llegó a Italia con un acuerdo de franquicias con ePizza Spa, tenía otra estrategia que no tuvo éxito entre los italianos: agregar a las pizzas ingredientes al estilo de Estados Unidos, entre ellos piña.
Sus errores en el país ya eran anunciados por ePizza tras los resultados del cuarto trimestre de 2021. «Atribuimos el problema al aumento significativo del nivel de competencia en el mercado de entrega de comida, tanto con cadenas organizadas como con restaurantes individuales que entregan comida, al servicio y a la reapertura de restaurantes tras la pandemia y a los consumidores que ahora salen a gastar», señaló entonces la empresa en un informe.
Domino’s Pizza ya había reducido sus operaciones en el país desde su pico de ventas en 2020 y había paralizado las entregas a domicilio desde su página web el pasado 29 de julio. Aun así, los cierres sorprendieron a algunos de sus clientes, quienes se volcaron en las redes sociales de la cadena en Italia para consultar por qué sus llamadas no eran atendidas o por qué su tienda local había cerrado.
El carpetazo al capítulo italiano de Domino’s Pizza llega después de que en abril un tribunal de Milán concediera a la empresa protección judicial contra los acreedores durante 90 días, según explicó en un comunicado ePizza. Esta medida, que impedía a los prestamistas exigir el pago de la deuda o embargar los activos de la empresa, expiraron el pasado 1 de julio. Para finales de 2020, la cadena estadounidense tenía una deuda de 10,6 millones de euros, según los últimos informes anuales auditados.