La caravana migrante huyó de la violencia de las pandillas en Centroamérica solo para conocer la brutalidad del crimen organizado en México, y es que de acuerdo con Arturo Peimbert, ombudsman de Oaxaca, cerca de 100 indocumentados –niños incluidos—no llegaron a la Ciudad de México, desde Veracruz, porque fueron secuestrados por transportistas y presuntamente entregados a integrantes del crimen organizado.
En entrevista con el HuffPost México, Arturo Peimbert, titular de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, y quien acompaña a la caravana migrante desde que cruzó la frontera y se adentró en México, contó que -de acuerdo con testimonios recabados por él y miembros de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México- el secuestro ocurrió en el estado de Puebla.
Según su relato, fuentes cercanas a él le confiaron que los empresarios transportistas de estados que están en la ruta de la caravana migrante han recibido fuertes presiones del gobierno federal para que no den servicio a los indocumentados. Incluso, están obligados a rechazar dar el servicio, aunque se les quiera pagar, poniendo en riesgo la vida de menores de edad. Y eso habría originado el secuestro masivo.
Fuente: HuffPost México