La manera más sencilla de revisar si el refresco es “pirata” es realizar una rápida inspección de los principales puntos del envase y producto. Si eres un consumidor constante de algún refresco en particular, no te será difícil identificar cuando “hay algo raro” en la bebida, así es que no dudes de tu primer instinto y realiza la revisión de estos aspectos:

  • Fecha y hora de elaboración
    Recuerda que los envases tienen plasmado en el plástico o vidrio la fecha de caducidad.
  • Etiquetas
    Revisa el estampado y que no se te haga extraño desconfiar de las etiquetas viejas, decoloradas o con tipografía distinta.
  • Color, consistencia, sabor, gas
    Lo más importante es identificar que el refresco sabe como lo conoces. Salvo un error de serie, no debería de haber variaciones en este tipo de productos.
  • Tapa y corcholata
    Revisar el estado de la tapa, el color y forma de la corcholata, pues al igual que la etiqueta, podría tener indicios de que hay algo extraño.

Elementos de la Fiscalía de la Ciudad de México detuvieron a dos personas y aseguraron un inmueble en la alcaldía Iztapalapa, donde presuntamente se fabricaban bebidas gaseosas falsas de Coca-Cola que eran vendidas principalmente en puestos de comida ambulantes de la zona centro, la Central de Abasto de Iztapalapa, así como en Chalco y Nezahualcóyotl, en el Estado de México. En un mensaje a medios, Ulises Lara, vocero de la Fiscalía capitalina, explicó que, tras una indagatoria que inició por el delito de encubrimiento por receptación, agentes investigadores ubicaron un predio en la colonia Santa Martha Acatitla Norte, donde se localizaron cientos de cajas con botellas con refresco de cola, posiblemente clonado.

“Se pudo conocer que en el predio en cuestión posiblemente se elaboraban bebidas gaseosas con características similares a un conocido refresco de cola. Además, el lugar posiblemente servía como bodega para almacenar el producto”, dijo. Al cumplimentar una orden de cateo, elementos de la policía de investigación aseguraron casi 130 cajas de plástico, cada una con seis botellas de tres litros llenas de supuesto refresco de cola, y aproximadamente 797 cajas adicionales, cada una con 24 envases de 600 mililitros, listos para ser rellenados, así como cuatro paquetes de refresco, cada uno con 12 envases de vidrio.El inmueble además carecía de toda norma de higiene para la fabricación de bebidas, pues algunos envases eran rellenados de agua de la llave y al exterior, incluso existía una silla de plástico para el trabajador encargado de dicha tarea.Las corcholatas y taparroscas estaban almacenadas en un contenedor que se encontraba al aire libre junto con restos de comida y bebidas.

Las cajas vacías eran almacenadas en un patio al aire libre, expuestas a los rayos del sol y a las condiciones del clima y polvo. “En el lugar también se encontraban Jesús Ignacio N y David N, quienes fueron detenidos y a ambos se les leyeron sus derechos antes de ser trasladados a la agencia ministerial junto con los indicios”, agregó el funcionario. En el cateo, la fiscalía también aseguró tres placas vehiculares con reporte de robo vigente; una de Jalisco y las otras dos del Estado de México; un GPS, un auto tipo sedán, una motocicleta y una camioneta tipo repartidor para distribuir el producto. Las dos personas detenidas fueron puestas a disposición de las autoridades correspondientes y serán presentadas ante un juez de control.

Vendían refresco en puestos de comida

Al dar seguimiento al caso, Ulises Lara, vocero de la Fiscalía de la Ciudad de México, informó que según las declaraciones de los detenidos, las botellas de refresco clonado, eran comercializadas principalmente en puestos de comida ambulantes (taquerías, torterías, etc) en distintos puntos de la ciudad, principalmente en la zona centro, en la Central de Abasto de Iztapalapa y en los municipios mexiquenses de Chalco y Nezahualcóyotl. «Las investigaciones apuntan a que la caja de refrescos rellenada, era comercializada entre los 200 y 210 pesos, y se estima que diariamente vendían de 50 a 60 cajas, lo que representaba una ganancia de entre 10,000 y 12,600 pesos», explicó el funcionario.

Lara López añadió que las botellas de refresco de la marca Coca-Cola, era adquiridas en sitios donde se venden, y recolectaban envases y las corcholatas de aluminio eran suministradas por recolectores de basura. Dijo que según los testimonios e indagatorias, se estima que al menos 10 personas trabajaban en el predio asegurado, entre lavadores de botellas, envasadores y repartidores.

Por Redaccion Digital

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